El ciclo de webinars que ORH y el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo (IRSST) de la Comunidad de Madrid han venido desarrollando a lo largo del año pone punto y final a su viaje con una última sesión en la que ha abordado las relaciones de causa-efecto que caracterizan la relación entre el absentismo y productividad. En la sesión han intervenido Ricardo Alfaro, subdirector general de ASEPEYO; Luis Méndez, director del Departamento de Relaciones Laborales de CEIM; y Jorge López de Ávila, del Servicio de Intermediación Psicosocial del IRSST de la Comunidad de Madrid, quienes han querido iniciar la conversación desde la perspectiva siempre aclaratoria de la semántica: ¿Qué es absentismo? ¿Qué es ausentismo? De cómo se defina cada término derivan las categorías que les siguen. Respecto del absentismo, se habla del justificado y del no justificado; y en términos de ausentismo, se puede identificar el presentismo con desvinculación emocional.
Ricardo Alfaro, desde Asepeyo, ha querido hablar con la cifras porque éstas, las más de las veces, «hablan por sí solas»:
- el 80% de los trabajadores no tienen ningún proceso de baja durante el año;
- el 20% tiene 1 o 2 procesos;
- el 1% tiene 3 o 4;
- el 9,95% de las bajas lo son por enfermedad mental, siendo la primera patología en duración media (131 días) y la que, por tanto, más impacto en términos de coste tiene.
Con esta radiografía en la mano, la reacción empresarial tiene un foco claro de actuación: ese 1% recurrente en procesos de baja y el casi 10% de bajas asociadas a patologías emocionales.
Por su parte, Luis Méndez, desde CEIM, ha recordado que la incidencia del absentismo es tradicionalmente mayor en las pymes que en las grandes empresas, debido precisamente a la falta de una cultura de gestión del clima laboral y de una cultura preventiva activa.
Ahora «liderar es cuidar», ha afirmado Alfaro, quien ve un claro incremento en el interés de las grandes compañías hacia el cuidado de la salud y, muy especialmente en estos momentos, de la salud psicosocial. La prueba de ello es que en muchas de dichas empresas el bienestar corporativo ha pasado de ser responsabilidad de los departamentos de PRL a estar directamente en manos de RRHH y de la dirección general.
Todos los participantes se han mostrado críticos con el actual sistema de financiación de la bajas así como con la escasa coordinación entre las Comunidades Autónomas y el Instituto Nacional de la Seguridad Social. «El que paga no gestiona y el que gestiona no paga», ha sido la gráfica expresión utilizada por el Subdirector General de Asepeyo para describir la situación, y que el responsable de RRLL de CEIM ha suscrito reclamando un gran pacto nacional que permita diseñar un modelo más ágil y equilibrado en la gestión de las bajas.
Finalmente, Jorge López de Ávila, del IRSST, ha llamado la atención sobre los aspectos organizacionales del puesto de trabajo que en muchas ocasiones están detrás de las situaciones de presentismo o ausentismo. «Tiene mucho que ver -ha explicado- con los recursos que se le dan al trabajador para que desempeñe sus funciones y también cómo se evalúa su rendimiento». Muchas veces esconden causas cualitativas de carácter muy diverso, sutiles incluso, que reclaman una intervención multifocal para identificarlas y que pueden, incluso, ayudar a identificar patrones de ausentismo colectivo propios de climas laborales con algún tipo de disfunción interna.