Expresar todo el potencial que puede llegar a tener el liderazgo femenino y cómo puede cambiar el rumbo de nuestra historia, no es tarea fácil pues aún estamos muy lejos de la igualdad en todo el amplio sentido de la palabra. Sin embargo, aquellas mujeres que han podido abrirse camino en el entorno actual nos dan una pequeña muestra de la gran capacidad y las múltiples ventajas que tiene el liderazgo femenino.
A lo largo de los tiempos, la mujer ha tenido que adaptarse a infinidad de situaciones, afrontando nuevos retos y luchando por abrirse camino en una sociedad en la cual hasta hace poco no le estaba permitido votar y en muchos casos ni siquiera tenía voz, manteniéndose históricamente en la sombra. Seguramente hemos escuchado aquel antiguo refrán que dice: ¨detrás de cada gran hombre, siempre hay una gran mujer¨…. Definitivamente los tiempos han cambiado, no es cuestión de estar detrás, ni tampoco llegar al punto de convertirlo en ¨detrás de cada gran mujer, siempre hay un gran hombre¨…, sino más bien que nuestro sentido de igualdad nos lleve a un nuevo estadio en el cual estemos uno al lado del otro, liderando diferentes temas, en los que cada género tenga un conocimiento o dominio del mismo, compartiendo y logrando éxitos juntos.
La integración y complementaridad de ambos estilos de liderazgo puede llegar a ser la mejor opción de futuro. Es importante que seamos capaces de poder visualizar la igualdad de oportunidades entre personas con el fin de obtener el mejor resultado.
El liderazgo femenino tiene muchas ventajas, entre ellas la asertividad en la gestión de los equipos, la disposición y efectividad ante nuevos retos, la orientación a los resultados sin dejar de motivar al equipo, y todo ello fruto de la cercanía y de la facilidad de comunicación más propia del genero femenino. Los nuevos escenarios han dejado en evidencia la necesidad de incluir la empatía, la rápida adaptación y gestión del cambio en la estrategia de las empresas, aspectos que también suelen estar presentes en el liderazgo femenino. Por ejemplo, recientemente, hemos visto como ante la gestión del COVID19 han sido precisamente los paises liderados en su mayoria por mujeres, los que han podido enfrentar de manera más efectiva el ataque de la pandemia, demostrando una vez más que las cualidades de la mujer son muy valiosas en tiempos de crisis.
No es un tema de demostrar que el liderazgo femenino es mejor que el modelo masculino que hasta hoy predomina en el mundo político, empresarial o social, es más bien que tomemos conciencia de cuán lejos podríamos llegar y cuán eficientes podríamos ser si logramos tomar lo mejor de ambos modelos de liderazgo.
Definitivamente, la mujer como líder tiene un amplio recorrido por delante, en nuestro país y de acuerdo con el último Informe sobre Talento Femenino 2020 presentado por ICSA Grupo y EADA Business School, la presencia femenina en puestos directivos es de sólo un 16,4 %, muy lejos de cualquier tipo de equidad o de igualdad de oportunidades. Con niveles de participación tan bajos, se evidencia aún más el grado de desigualdad que existe en este tipo de posiciones desde las cuales se gestionan los cambios.
En conclusión, el liderazgo femenino no es la única herramienta para dar un giro a esta situación, pero sí es muy importante en el caso de querer alcanzar una igualdad de género real.
Por Indry Canchila, ingeniera industrial y socia directiva de consultoría de ICSA Grupo.