Según el análisis del mercado laboral del mes de febrero realizado por Randstad Research, mientras el paro registrado ha descendido durante el segundo mes del año en 7.452 personas, el paro efectivo superó los 3,5 millones. Eso significa, que el número de personas en búsqueda de trabajo está próximo a los 7.000.000. Febrero suele ser un mes de crecimiento moderado del empleo, tendencia que se ha mantenido en esta ocasión soportado, como también es tradicional, por los sectores de hostelería, construcción y educación.
El director de Randstad Research, Valentín Bote, aclaró que es importante diferenciar entre paro «registrado» y «efectivo». «Hasta hace dos años, el paro registrado era el indicador de referencia pero con la reforma laboral y la desaparición de los contratos temporales, debemos poner el foco en el empleo efectivo para analizar correctamente las tendencias del mercado de trabajo, -ha afirmado-. El paro efectivo es la suma del paro registrado más los demandantes de empleo que tienen una relación laboral y que, en su mayoría, son personas con contratos fijos discontinuos. A este total, hay que restarle el dato de personas en situación de ERTE, que son en la actualidad unos 11.000. La tendencia es que disminuya el paro registrado pero que aumente el paro efectivo, a un ritmo del 10%», añadió Bote.
El efecto «muerte» del contrato indefinido
Unido a este indicador surge otro más preocupante. El número de personas que firman más de un contrato indefinido al mes y que, en febrero, superó las 25.000. «La reforma laboral obliga a que actividades que por su naturaleza son temporales, se materialicen con un contrato indefinido porque se ha negado al empresario la posibilidad de ofrecer la fórmula contractual que la actividad requiere. El dato acumulado desde la entrada en vigor de la Ley se sitúa en más de 801.000 personas que han firmado más de dos contratos indefinidos al mes. Muchos de ellos con vigencia de sólo unos días. Esto significa que aumenta la mortalidad de los contratos indefinidos», añadió Bote.
Por regiones, el empleo aumentó en febrero de forma generalizada siendo Cataluña la comunidad autónoma dónde más ha crecido, seguida de Andalucía, Baleares y la Comunidad de Madrid. A la cola se sitúa Castilla la Mancha, única comunidad donde se ha registrado una reducción del empleo, con 1.314 afiliados menos.
El paradoja de la productividad
Valentín Bote ha señalado que se se mantiene una paradoja cuyas causas aún no se pueden explicar. Mientras que los datos del empleo se mantienen con una tendencia moderada al alta, con un crecimiento interanual de en torno al 2,7% en los últimos años, la evolución del PIB está en clara desaceleración. Aunque el ritmo de desaceleración también es lento, la producción está perdiendo ritmo. «Llama la atención que aumente el empleo, y se reduzca el PIB. Esto significa que la productividad está cayendo y las razones, no son claras», señala el directivo. «La única razón lógica es que los trabajadores están produciendo de promedio, menos que antes. Y como no hay una razón lógica para explicarlo, lo calificamos de paradoja».