El otro día, dando una conferencia en la bonita ciudad de Cáceres con el nombre de “El impacto de la IA en el liderazgo y en RR.HH.” y que subtitulé “Trabajo aumentado para un mundo automatizado e impulsado por IA mediante la mejora del rendimiento con la colaboración hombre máquina”, utilicé el recurso del elefante en la habitación, que es una expresión metafórica para hacer referencia a una verdad evidente que es ignorada o pasa inadvertida. Es algo que también se aplica a un problema o riesgo obvio que nadie quiere discutir.
Se basa en la idea de que sería imposible pasar por alto la presencia de un elefante en una habitación, de tal manera que las personas en la habitación que fingen que el elefante no está ahí han elegido evitar lidiar con el enorme problema que implica. Sin embargo, la propia presencia de una situación tan grande y obvia se vuelve incómoda para todos los involucrados, quienes, a pesar de ello, continúan evitando atender o hablar del problema. Evidentemente si el elefante se ignora puede aplastarnos y destruirnos. La verdad es que eso me recuerda mucho a una metáfora que hace muchos años -creo que era 1984-, en uno de mis viajes a USA vi en un anuncio televisado al por entonces presidente de los EE.UU., Ronald Reagan, que decía: “Hay un oso en los bosques. Algunas personas pueden verlo fácilmente, otras no distinguen nada. Unos dicen que es grande y fiero, otros que es pequeño y manso. Algunos dicen que está domesticado y otros que es salvaje. Unos dicen que existe y lo han visto, otros que no existe y nunca lo vieron. Como nadie puede saber con certeza quién tiene razón, ¿no es lo más inteligente estar preparado para cazar al oso… por si existiera?
Esta anécdota que alude al período de guerra fría contra el imperio soviético y estadounidense es comparable al momento que vivimos con la IA. El oso puede ser hoy una metáfora aplicable a la creciente presencia de la IA, y nos sugiere que debemos prepararnos, mejorar y buscar fórmulas que nos permitan vencer en este nuevo hábitat. Algo especialmente cierto para casi todas las empresas y sus departamentos, pero muy especialmente para el encargado de la gestión de RR.HH.
Como el lector puede imaginar, utilicé la metáfora del elefante para expresar lo que observo como consultor sobre lo que ocurre en muchas organizaciones en estos momentos con esta emergente tecnología. Las empresas. hablamos mucho de IA, pero realmente no sabemos bien todavía qué es, para qué sirve o cómo puede ayudarnos.
Tengo la sensación, como decía el otro día el CEO de Orange, Meinrad Spenger, que “con la IA está pasando lo mismo que con el iPhone en 2007 cuando apareció: todo nos impresionaba, pero no sabíamos qué hacer con él”. En el mismo sentido, en fechas recientes The Wall Street Journal público un artículo titulado “Todos hablan de agentes de IA, pero casi nadie sabe qué son”.
Superar lo transaccional
Como no podía ser de otra manera, en esta conferencia de directores de RR.HH. rápido surgió la pregunta sobre la gran preocupación: ¿Cómo la IA afectará a las áreas de RR.HH.? ¿Cómo nos impactará? ¿Cambiarán nuestras funciones? ¿Necesitaremos menos personas?
Yo, que como muchos otros tengo una visión positiva de que la IA va ayudarnos mucho en la mejora de la productividad en el trabajo y otras áreas, les advertí que concretamente en RR.HH. tendría un gran impacto y que por ello este área debía liberarse cuanto antes de la inmensa cantidad de trabajo transaccional que realiza, que no aporta valor a la empresa y que es susceptible de ser automatizada o externalizada. No en vano, Jaz Fizz-End, fundador de Saratoga Institute, una de las más prestigiosas empresas de benchmark, aseguró -quizá exageradamente- que “el 90 por ciento de las tareas que hace RR.HH. son transaccionales y apenas un 10 por ciento aporta valor”.
Estoy persuadido de que, si los departamentos de personal se ocupan sólo de la transacción y no del negocio, la organización tenderá a expulsarles como si de un cuerpo extraño se tratase, porque la principal preocupación debería ser generar valor a la línea de negocio para la mejora de resultados.
Figura 1: Transformación de RR.HH.
Fuente: José Manuel Casado, 2025.
En este sentido, mi recomendación es que RR.HH. dedique menos tiempo a lo mecánico y transnacional y se centre en lo estratégico y táctico, y ahora la IA puede ayudarle a conseguirlo.
¿Quo Vadis?
Para adelantar a los asistentes a la conferencia hacia dónde va RR.HH. les ofrecí un ejemplo curioso: Moderna, la empresa farmacéutica que se popularizó entre el gran público durante la pandemia por ser una de las compañías fabricantes de las vacunas, anunció recientemente la fusión de su área de RR.HH. y Tecnología. Ha dado un paso audaz al unificar sus departamentos en un movimiento que refleja cómo la inteligencia artificial no solo está cambiando los productos, sino también el corazón operativo de las empresas. La organización ha creado un nuevo cargo: Chief People and Digital Technology Officer, ocupado por Tracey Franklin, quien anteriormente lideraba la función de RR.HH. Asómbrese, la compañía tiene ahora una plantilla compuesta por unos 5.800 profesionales humanos y unos 3.000 agentes IA.
Próxima estación: IA Agéntica
El próximo paso en la evolución ya no será la IA Generativa, sino será la IA agéntica. ¿Qué es exactamente esto? En nuestros días, casi toda la IA es generativa. Este tipo de inteligencia es principalmente reactiva: genera contenido creativo como respuesta a una instrucción o un “prompt”. El siguiente paso o si lo prefiere, la siguiente estación, es la IA Agéntica, que ya no solo genera contenido sino que es proactiva y ejecuta tareas de forma autónoma. Un agente de IA percibe el entorno, toma decisiones, aplica juicio y actúa; aprende de la experiencia porque evalúa si lo que hizo fue bien o no, y ajusta su comportamiento. Evidentemente esto marca el inicio de una fuerza laboral digital; es decir, de agentes de IA que replican funciones completas dentro de la empresa.
Los agentes de IA son una fuerza laboral paralela a la humana. En algunas compañías, hay áreas completas operadas solo por agentes (son los departamentos denominados “cero FTE”) y supervisadas por humanos. Los agentes ejecutan procesos de principio a fin, complementan y amplifican las capacidades humanas.
Ahora parece que incluso puede haber empresas sin casi humanos. Resaltaré otro ejemplo: Robert Altman, el CEO de OpenAI, ha predicho que en 2026 -fijese, pasado mañana como quien dice- habrá una empresa con un solo empleado y miles de bots que valdrá mil millones de dólares. Es verdad que se necesitarán menos humanos para lo transaccional, pero éstos serán mucho más importantes. Recuerde por ejemplo también que recientemente Meta ha pagado 14.300 millones de dólares por el 49% de Scale IA con la condición de que su fundador, Alexandr Wang, pase a trabajar para la empresa de Mark Zuckerberg.
En fin, en el juego de ajedrez un jaque es una amenaza inmediata de capturar o destruir al rey. La forma de superar esta amenaza mortal en este juego de estrategia es moviendo el rey de la casilla en que está, interponiendo una pieza entre el atacante y el rey o comiéndonos la pieza que nos ataca. Pues bien, creo que a RR.HH. nos pasa en estos momentos un poco esto: estamos en una situación de amenaza y debemos prepararnos para cazar el oso, por si existe.
José Manuel Casado González es actualmente Presidente de la firma internacional de consultoría Qaracter, así como CEO de 2.C Casado Consulting y socio de The Valley. Su trayectoria profesional le posiciona como un broker de talento orientado a compatibilizar la mejora del rendimiento humano con el desarrollo del negocio. Es Doctor en Sociología Industrial, Master en Organización y Dirección de RR.HH, PDD por el IESE, miembro del advisory board de varias instituciones y Distinguished Clinical Professor del IE. Es autor de diversos libros de gestión entre los que destacan «El mantra del talento» y «El Líder del terrcer milenio». https://www.linkedin.com/in/veronicadelrio/