El panorama que se vislumbra tras leer el resumen ejecutivo del informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo de la OIT es poco prometedor. El crecimiento económico parece que se ha quedado al ralentí y tiene pinta de que no se esperan grandes estímulos que lo aceleren, de hecho ya aparecen señales, y el desempleo va a la limón y como la energía, ni se crea ni se destruye, solo se transforma en un mayor porcentaje de empleo precario.
Y parece que hay cosas que no cambian:
• Los países desarrollados mejoran un poco sus perspectivas de empleo pero a costa del empleo precario, y los emergentes son los que pagan los platos rotos de la crisis, acumulando 4 años seguidos de aumento de desempleo.
• La situación para los mujeres y los jóvenes no mejora, siguen siendo los colectivos más desfavorecidos.
El leve incremento que pueda haber en el empleo se debe al crecimiento del sector servicios pero su aportación se devalúa por ser el sector que más empleo precario genera. La desindustrialización y la desaparición del empleo agrícola lleva a la reasignación de los trabajos, la mayoría hacia el sector servicios, un sector proclive en estos momentos a generar trabajo a tiempo parcial y subempleo.
Envejecimiento galopante
Y a todo esto hay que añadir el imparable envejecimiento de la población. En los países desarrollados, donde el envejecimiento es más acusado, se prevé que pasaremos de 3,5 personas jubiladas por 10 trabajando que había en 2017 a 5 jubiladas o más por cada 10 activas en 2030. La reducción de la tasa natalidad que venimos arrastrando desde hace muchos años lleva a que la fuerza de trabajo actual y la futura va decreciendo y llegará a un punto en que sea incapaz de soportar la carga de la población desempleada.
Esta circunstancia supone tener que afrontar 3 retos, vinculados entre sí: (i) evitar el empobrecimiento de la población jubilada, (ii) aumentar el trabajo de calidad y (iii) reforzar la empleabilidad de los trabajadores procurando fomentar la participación de los trabajadores de más edad en programas que de formación y actualización de competencias.
RRHH y su aportación a la sociedad
A este último reto los equipos de RRHH de las compañías que están abordando sus procesos de transformación digital pueden aportar su grano de arena, impulsando medidas que no solo traten
de poner foco en la incorporación de millennials y centennials con sus habilidades de nativos digitales y que se han formado en los puestos de nueva creación (scrum master, agile coach, digital media manager, e-commerce manager, ui/ux designers, data analytics) y apostar por la formación y la transformación cultural de sus equipos que han crecido en fila era analógica, para prepararles para los nuevos retos, revitalizar su carrera profesional, potenciar su empleabilidad y en consecuencia fortalecer su motivación y compromiso.
