Todos sabemos que no todos los directivos tienen las cualidades que definen a un líder. Pablo Tovar, coach ejecutivo, conferenciante y experto en desarrollo del liderazgo, explica en su guía «10 hábitos que bloquean tu éxito como líder» las directrices que hacen imposible el liderazgo. En la tarea de eliminar todos estos hábitos desempeña un papel protagonista el autoanálisis, principalmente para darnos cuenta de cuándo hacemos cada uno de estos hábitos. En el momento en el que analicemos y identifiquemos las situaciones y los momentos concretos en los que suceden, podremos corregir estos hábitos negativos.

10 HÁBITOS QUE NO TE PERMITEN SER UN BUEN LÍDER
1.ERES ADICTO A LA VICTORIA
Tienes un problema cuando la victoria se convierte en una obsesión descontrolada. Ser competitivo no es un aspecto negativo, pero sí puede ser perjudicial si solo se piensa en ganar a toda costa. No quieres ganar solo cuando se trata de algo importante, sino también en lo más nimio. Si esta conducta está arraigada va a limitar el éxito como líder sobre todo en lo que se refiere a relaciones interpersonales.
2.NECESITAS MOSTRAR TU VALÍA CONTINUAMENTE
Es superior a las personas exitosas: escuchar sobre un tema que ya conocen. Como ejemplo, imagina que eres director general y yo, que trabajo para ti, voy con una idea que piensas que es realmente buena. En vez de simplemente darme una palmada en la espalda y decir «¡buena idea!», tu tendencia o tu tentación (porque necesitas mostrar valía) es decir «buena idea, pero podría ser mejor si…». Con esta actitud, aun en el supuesto de haber mejorado mi propuesta original en un 10%, has reducido mi compromiso para ejecutarla en un 50%, y mi motivación para proponer nuevas ideas en otro tanto. La que era mi idea es ahora tu idea o, como mucho, nuestra idea; me voy de tu oficina con una gran pérdida de entusiasmo.
No se trata de no aportar nada, pero tampoco consiste en dar siempre la propia opinión pensando que es mejor. Si tenemos esto como costumbre lo más probable es que la motivación del equipo decaiga.
3.JUZGAS
Nadie se siente cómodo cuando es juzgado o criticado. Poner en duda o cuestionar las opiniones de los demás es la mejor manera de conseguir que ninguno de nuestros colaboradores vuelva a esforzarse para aportar su granito de arena puesto que se sentirá cohibido. Un buen líder, independientemente de lo que piensa acerca de una determinada propuesta, nunca la discrimina sino que la escucha y agradece la aportación.
4.HACES COMENTARIOS DESTRUCTIVOS
Los comentarios destructivos son observaciones irónicas o sarcásticas que menosprecian y dañan a otros. Estos comentarios son absolutamente destructivos para las relaciones con el resto del equipo. Quien los profiere no suele recordarlos pasados unos minutos pero, en cambio, quien los recibe los grabará en su memoria a pesar de unas futuras disculpas.
Antes de decir estos comentarios es recomendable pensar si realmente son necesarios decirlos. Si aportan valor o no. ¿Va ayudar a los clientes, a la organización o a la persona en concreto?
5.NO, PERO O SIN EMBARGO
Cuando se comienza con una frase que empieza por no, pero o sin embargo, el mensaje que cala en la mente del destinatario es “lo que tú dices es incorrecto y lo que digo yo es correcto”. Se trata de expresiones poco, o nada, productivas. Son fórmulas que pretenden consolidar o imponer nuestra propia idea haciendo que la discusión de la intensidad sea mayor o que una de las partes se reprima y se cierre en banda. Estas discusiones provocarán falta de compromiso y desmotivación.
6.NECESITAS SER VALORADO POR ENCIMA DEL RESTO
La necesidad obsesiva de mostrar tu inteligencia y de este modo obtener la admiración y reconocimiento del resto. Quieres ser la persona más inteligente del departamento o de la reunión. La inteligencia se muestra de modo sutil pero da una imagen negativa y de superioridad ante el resto del equipo.
7.HABLAS CUANDO ESTÁS ENFADADO
La volatilidad emocional es un aspecto que un líder no puede permitirse. Comunicarse dominado por la ira o el enfado es una manera nefasta de gestionar y liderar personas. Durante el enfado perdemos el control y ante esa ausencia de tranquilidad es imposible saber la reacción del resto de personas. Normalmente, las personas ubicadas en puestos inferiores, se cierran y viven de modo reprimido un estado de tristeza, ira o resentimiento. Lo peor es que cuando estas situaciones son comunes, se crea una reputación de persona inestable.
A veces mantener la boca cerrada es la mejor solución para atajar este hábito. Morderse la lengua y a nivel interno e introspectivo. Una vez tranquilo y autoanalizado, seguramente las reacciones y contestaciones serán más adecuadas y constructivas.
8.EMANAS NEGATIVIDAD POR TODOS TUS POROS
“Eso no va a funcionar”. Ésta es una frase demoledora para la innovación, el optimismo, el compromiso y autoestima. Todos conocemos personas negativas que son incapaces de decir algo positivo.
9.RETIENES INFORMACIÓN
Retener información no es una virtud. La discreción no es guardar información bajo llave y no compartirla jamás. Darse importancia de este modo es una manera indirecta de decir “yo lo sé y tú no, y además no te lo voy a decir”. En el caso de que sí se comparta esa información, parece que se revela un gran secreto. No compartir información con el resto, en lugar de dar poder, lo que hace es generar desconfianza promoviendo suspicacias y temor.
Si bien es cierto que, en muchas ocasiones, no compartir información no se hace por ser más poderoso que el otro, sino por descuidos como olvidarse de incluir a alguien en la reunión, o por no dedicar el tiempo necesario para difundir esa información.
10.NO RECONOCES LOS LOGROS DE OTROS
No reconocer los logros de otros que han tenido éxito con sus iniciativas o proyectos no solo es tratar de manera injusta a esa persona sino que, además, le privas del impacto emocional positivo que ello le aporta.
Fallar en el feedback de tu equipo es fracasar en el reconocimiento y, por lo tanto, hace que el resto se sientan olvidados y no considerados en su trabajo. Esto genera desmotivación y resentimiento.
Muchas de las personas que cuentan con este hábito es porque no saben ni cómo hacer para reconocer los logros de terceros, porque ellos nunca han recibido un feedback y porque se sienten incómodos al hacerlo. Otros, entienden que no reconocer el logro es mantener viva la llama de la superación del equipo.
Para atajar este hábito se puede comenzar haciendo una lista de las personas importantes de tu vida, escribiendo su nombre y pensando si alguna ha hecho algo que merezca ser la pena reconocido. Si como respuesta te encuentras con un sí, reconoce de manera específica y argumentada.