La inteligencia artificial está transformando de manera profunda el ámbito laboral, y con ello, también los retos psicológicos a los que se enfrentan los profesionales. La incorporación de IA en las organizaciones ha añadido una nueva capa de complejidad al trabajo, generando tanto oportunidades como riesgos para la salud mental.
Mientras que facilita información valiosa para la gestión del bienestar y la toma de decisiones más rápidas y basadas en datos; también puede aumentar la sensación de inseguridad, despersonalización y sobrecarga informativa. En este contexto, la psicología se convierte en una aliada fundamental para garantizar que el uso de la IA en las empresas respete el equilibrio emocional de los trabajadores, ayudando a diseñar entornos más saludables y humanos.

La creciente presencia de IA en las organizaciones no elimina, sino que refuerza, la necesidad de poner a las personas en el centro. Isabel Aranda, Doctora en Psicología, especializada en Liderazgo de personas y organizaciones saludables y embajadora de IA+Igual, insiste en la importancia de no perder de vista el papel del liderazgo humano, la inteligencia emocional y las relaciones interpersonales como pilares fundamentales del bienestar laboral. En un mundo cada vez más automatizado, la conexión humana, el apoyo social y el acompañamiento emocional siguen siendo elementos imprescindibles para mantener la salud psicológica de los empleados y construir entornos de trabajo sostenibles.
ORH-. Como experta en liderazgo de personas, ¿cómo cree que la IA está transformando el liderazgo en las organizaciones actuales?
Isabel Aranda-. Si bien la IA ofrece a los líderes una enorme información actualizada que permite, entre otras acciones, tomar decisiones mejor informadas, evaluar el rendimiento, prever necesidades futuras de formación y, en definitiva, hacer una gestión más eficiente y personalizada de los equipos, el factor humano se hace cada vez más necesario.
La información no sustituye a la conexión humana que es la que genera la proactividad, la motivación y el compromiso imprescindibles en las organizaciones sostenibles.
Por ello, se ha de poner aún más énfasis en la preparación de los líderes actuales para aprovechar todas las ventajas de lA y compensar todas las necesidades humanas de las organizaciones actuales.
Salud mental en tiempos de IA
ORH-. Después de la pandemia, ¿qué problemas de salud mental persisten en las organizaciones y cómo se cruzan con la irrupción de la IA?
I. A-. Es cierto que la pandemia incrementó los problemas de salud mental y que, con posterioridad, hay una mayor incidencia de problemas de salud mental como son ansiedad, depresión y agotamiento en toda la población. Sin embargo, era una tendencia ya creciente previamente a la pandemia en el ámbito laboral.
Con la pandemia vivimos una ruptura en la relación con el trabajo, el teletrabajo forzó una súbita adaptación tecnológica y un incremento de la incertidumbre que se ha visto incrementada aún más con la situación económica y geopolítica.
- Más complejidad: ha añadido una nueva capa de complejidad al trabajo, que puede generar más sensación de inseguridad laboral, despersonalización de las interacciones y sobrecarga de información.
- Una mayor flexibilidad y adaptación al cambio: La necesidad de adaptación ahora es vertiginosa y es experimentada por los trabajadores como no controlable, algo que desestabiliza profundamente y afecta tanto el análisis de problemas como la toma de decisiones con repercusiones en el estrés y agotamiento laboral.
- Información puntual de la salud del empleado: Ciertas aplicaciones de la IA pueden ayudar a detectar patrones de estrés o bienestar en los empleados y facilitar con ello políticas de bienestar. Además, la utilización de determinadas apps facilita a los trabajadores un feedback inmediato de su estado y recursos para su toma de consciencia y autogestión, contribuyendo a su salud.
- Necesidad de lo humano: La IA nos está confrontando precisamente con la necesidad de valorar la conexión humana y el trato personal, algo que en las organizaciones marca la diferencia. Por ejemplo, se sabe que, el apoyo social recibido del equipo es un elemento clave en la salud psicológica de las personas.
ORH-. ¿Qué impacto cree que tiene hoy el uso intensivo de la tecnología (incluida la IA) en nuestra salud mental?
I. A-. El uso intensivo de la tecnología, incluida la IA, tiene efectos tanto positivos como negativos en la salud mental. Por un lado, facilita la automatización de tareas repetitivas y puede mejorar la eficiencia, lo que reduce el estrés en algunas áreas. Por otro lado, la sobrecarga informativa, la desconexión social y el agotamiento derivado de la dependencia tecnológica son riesgos claros.
El equilibrio entre tecnología y otras actividades, la adopción de hábitos saludables de la utilización digital y la creación de espacios para la conexión personal, serán esenciales para mitigar estos impactos negativos.
ORH-. ¿Qué papel juega la inteligencia emocional frente a la inteligencia artificial en la gestión de equipos?
I. A-. La inteligencia emocional juega un papel crucial en la gestión de equipos porque permite a los líderes comprenderse y gestionarse tanto a sí mismos como a los demás. Esto es algo que la IA no puede replicar completamente y no debería hacerlo nunca. Mientras que la IA ofrece datos sobre el comportamiento de los empleados y permite automatizar procesos, la capacidad de inspirar confianza, manejar conflictos y ofrecer apoyo emocional sigue siendo una función humana. Por tanto, la combinación de ambas (IA para análisis y eficiencia, e inteligencia emocional para gestión humana) es lo más adecuado.
ORH-. ¿Qué riesgos ve en la incorporación de IA en procesos como la selección o evaluación de personas?
I. A-. Los riesgos en la incorporación de IA en estos procesos se deben especialmente a los sesgos inherentes a los algoritmos en los que se basa, la falta de personalización y la posibilidad de deshumanizar el proceso. La IA utiliza datos cuantitativos e históricos por lo que se basa en lo que una persona ha hecho en el pasado. Sin embargo, las modernas técnicas de selección tratan de poner el énfasis en el potencial de las personas, lo que puede hacer en el futuro, sobre todo debido a la alta impredectibilidad del entorno actual en el que se necesitan personas flexibles, con capacidad de adaptación rápida al cambio y orientadas a soluciones.
Por lo tanto, es cierto que agilizan exponencialmente la localización de candidatos y los perfiles más adaptados a la definición del puesto de trabajo que se haya hecho y, para muchos puestos basados en la experiencia, es perfectamente útil.
Sin embargo, en puestos donde la toma de decisiones, el pensamiento lateral, el análisis crítico o la colaboración e integración de diferentes puntos de vista es necesario, los procesos de selección y evaluación deberían pasar por una evaluación humana que pueda interpretar estos aspectos y anticipar elementos más subjetivos del comportamiento y las competencias de los candidatos como son el ajuste a la cultura de la organización.
Cómo afecta la IA al liderazgo
ORH-. ¿Cómo puede la IA apoyar (y no reemplazar) al liderazgo humano para crear entornos laborales positivos?
I. A-. La idea es precisamente esa, que la IA sea un apoyo, una herramienta al servicio del liderazgo y de la gestión de personas. La IA puede ser un recurso al servicio del liderazgo al proporcionar datos inmediatos sobre el bienestar, el desempeño y la dinámica del equipo, permitiendo a los líderes tomar decisiones más informadas. Sin embargo, no puede reemplazar la capacidad del líder para generar conexiones emocionales, fomentar el trabajo en equipo y proporcionar apoyo en momentos de incertidumbre. La IA puede automatizar tareas administrativas, dejando más tiempo a los líderes para centrarse en una gestión humana más positiva.
ORH-. ¿Qué competencias emocionales deberían desarrollar los líderes en un entorno donde la IA está cada vez más presente?
I. A-. Los líderes deben desarrollar aún más las competencias de la inteligencia emocional, empezando por la inteligencia emocional intrapersonal: conocerse y autogestionarse es absolutamente vital para un ejercicio adecuado del liderazgo. Y, después, desarrollar las competencias de la inteligencia emocional interpersonal como son la empatía, la comunicación y la gestión del cambio.
A medida que la IA se integra más en los entornos laborales, los líderes deben estar preparados para gestionar el cambio, apoyar a los empleados frente a la incertidumbre y fomentar una cultura de confianza y colaboración y esto requiere un mayor desarrollo de esas competencias personales. La habilidad para mantener la conexión humana será clave en este nuevo contexto.
ORH-. Desde su visión como psicóloga, ¿considera posible un futuro en el que las máquinas tengan emociones? En ese caso, ¿cree que podrían desarrollar también problemas de salud mental?
I. A-. Desde una perspectiva psicológica, las máquinas no tienen emociones en el sentido humano, ya que no tienen conciencia ni experiencias subjetivas. Es cierto que se está trabajando intensamente en este sentido tratando de mejorar la interacción humano-máquina y, con probabilidad, podrán simular emociones a través de algoritmos que imiten respuestas emocionales. Sin embargo, las emociones humanas no sólo son reacciones, son las respuestas a evaluaciones que hacemos basadas en diferentes elementos como el potencial genético, el entorno y el aprendizaje, por lo que la riqueza y ajuste personal al contexto son clave.
La información en la que se basa la IA contiene sesgos y patrones de pensamiento ilógicos puesto que se alimenta de la información elaborada previamente por humanos que pensamos así. Actualmente la IA puede deducir erróneamente sin visión sistémica y contextual y produce ciertas “alucinaciones” en sus respuestas. Por lo tanto, es factible pensar que cuando se incorporen algoritmos emocionales también contengan ciertos sesgos que den lugar a “fantasmas” y “traumas” en el procesamiento de la información, aunque carezcan de la experiencia real emocional. Por lo tanto, es previsible, teniendo en cuenta los desarrollos que se están haciendo, que la IA llegue a tener un conocimiento y respuesta de carácter conceptual, pero no experiencial.
ORH-. ¿Cómo formar a las organizaciones para que integren la IA sin perder el enfoque humano?
I. A-. Es crucial que las organizaciones formen a sus empleados sobre cómo utilizar la IA de manera ética y efectiva, manteniendo siempre el enfoque humano en la toma de decisiones. La capacitación debe incluir el desarrollo de habilidades interpersonales, el manejo de la incertidumbre y el fomento de la colaboración entre las personas por un lado y por otro, la utilización como herramienta de la IA, que no como un colaborador o un miembro del equipo, sino un recurso a disposición de la información y la gestión. Las organizaciones deben crear una cultura que valore el equilibrio entre la tecnología y el bienestar de las personas.
ORH-. Desde su experiencia en psicología, ¿qué efectos puede tener en los empleados que la IA esté ganando cada vez más terreno en el ámbito laboral?
I. A-. La creciente presencia de la IA puede generar ansiedad en los empleados, especialmente en relación con la inseguridad laboral y el miedo a la obsolescencia. Es importante que las organizaciones proporcionen apoyo, fomenten la participación en la toma de decisiones relacionadas con la tecnología y promuevan una mentalidad de adaptación y aprendizaje continuo. La transparencia y la inclusión en estos procesos son fundamentales para mitigar efectos negativos.
ORH-. Si en el futuro las máquinas sustituyen a muchos profesionales, ¿cómo afectará esto a la salud mental de los líderes que tendrán que «dirigir» a equipos mixtos de personas y máquinas?
I. A-. Creo que el problema radica en la idea de partida: «dirigir» a equipos mixtos de personas y máquinas.
En mi opinión, nunca deberíamos hablar de equipos mixtos de personas y máquinas. Creo que este es un enorme error que nos hace perder nuestra identidad.
Mientras mantengamos a la IA como un magnífico recurso a nuestra disposición, podremos mantener nuestra esencia de humanos.
Este tema enlaza con los aspectos de la ética y las leyes de la robótica que ya anticipaba magistralmente Asimov.
ORH-. ¿Y qué impacto puede tener en los empleados trabajar codo a codo con compañeros «máquinas»? ¿Qué retos emocionales y psicológicos anticipa?
I. A-. De nuevo quiero resaltar que, en ningún caso deberíamos hablar de compañeros máquinas, sino de máquinas, robots, IA como herramientas.
Hay sectores donde los trabajadores llevan años trabajando con robots sin ningún problema, sino todo lo contrario, beneficiándose de la reducción de las cargas físicas y horarias, por ejemplo, el sector de automoción.
El problema puede surgir del empeño de los creadores de robots en hacer robots con forma humana con lo que realmente podemos confundirnos y no saber con quien estamos interactuando, por ejemplo, en una videoconferencia en la que el chatbot tiene una apariencia humana.
Para algunas personas, la interacción continuada con este tipo de máquinas puede aislarlas socialmente. Es realmente sencillo y cómodo hablar con un bot que te responde siempre al momento y que te apoya y ratifica lo que dices, por lo que para personas para las que las relaciones interpersonales supongan un importante desafío las máquinas pueden terminar siendo su círculo de interacción. La desconexión de otros seres humanos suele conducir a una pérdida de la realidad, un desequilibrio psicológico y a un pensamiento patológico de consecuencias impredecibles.
Apostar por el bienestar psicológico
ORH-. ¿Qué papel debería jugar la psicología en el diseño de sistemas de IA?
I. A-. La psicología, como ciencia de las personas, debe ser parte integral del diseño de sistemas de IA, asegurando que las tecnologías respeten y favorezcan el bienestar psicológico de los usuarios. Los psicólogos pueden aportar por un lado, una comprensión profunda de los mecanismos de respuesta de las personas y, por otro, un posicionamiento ético claro a favor de un uso correcto del conocimiento de la conducta humana que evite un diseño malicioso.
ORH-. ¿Cómo puede protegerse el bienestar psicológico de las personas frente a la toma de decisiones automatizada?
I. A-. Es fundamental que las organizaciones implementen políticas que aseguren que las decisiones automatizadas correspondan a los criterios que la organización considera congruentes con sus valores y estrategia de marca. En cualquier caso, los criterios deberían ser transparentes, equitativos y auditables. Los empleados deben tener la oportunidad de comprender cómo se toman las decisiones y disponer de un canal para expresar sus opiniones al respecto.
La psicología organizacional juega un papel clave en crear estrategias que promuevan un equilibrio saludable entre la automatización y la intervención humana.
ORH-. ¿Qué estrategias recomienda para que las personas no vean a la IA como una amenaza, sino como una aliada?
I. A-. Para que las personas no vean la IA como una aliada sino como un recurso, es crucial fomentar la educación y la comprensión sobre su propósito y beneficios. Las organizaciones deben involucrar a los empleados en el proceso de adopción de la tecnología, brindando apoyo psicológico y formación continua. La IA debe presentarse como una herramienta para mejorar la eficiencia, facilitar el trabajo y liberar a los empleados de tareas repetitivas, permitiéndoles enfocarse en aspectos más creativos y valiosos de su trabajo.