¿Qué podemos aprender de los LLMs para atraer y retener talento?

La gestión de la marca empleadora ha dejado de ser una iniciativa secundaria para convertirse en un eje clave de competitividad empresarial. En el escenario actual, las organizaciones no solo disputan mercados, sino también talento. Las fórmulas tradicionales de fidelización ya no bastan; el nuevo paradigma exige avanzar hacia modelos centrados en el bienestar holístico, el desarrollo continuo y las experiencias laborales adaptadas a cada individuo.
Nos encontramos ante una transformación profunda del employer branding. En un entorno marcado por la irrupción de la inteligencia artificial, que está redefiniendo los esquemas laborales, y por la escasez de perfiles altamente cualificados, las compañías se enfrentan al reto de captar y conservar talento en contextos de cambio acelerado.
Según estudios internacionales, el 92% de las empresas planea incrementar su inversión en inteligencia artificial en los próximos tres años, aunque apenas un 1% de sus líderes considera que su implementación de IA generativa ha alcanzado un nivel de madurez. A esto se suma una creciente volatilidad laboral: el 38% de los profesionales a nivel global contempla cambiar de empleo en el próximo año.
En este escenario, LLYC lanza el informe “Reimaginando el Employer Branding en la era de la IA”, un análisis que examina cómo la disrupción tecnológica, la movilidad del talento y la convivencia entre generaciones están transformando las estrategias de atracción y fidelización de personas.
9 claves para atraer y retener talento inspiradas en los LLMs:
El estudio sostiene que el employer branding ha dejado de ser una simple declaración de intenciones para convertirse en un ecosistema dinámico, basado en la escucha activa, la capacidad de adaptación y la innovación constante. Inspirándose en los modelos de lenguaje (LLMs), se proponen nueve principios que pueden orientar a las organizaciones hacia entornos laborales más genuinos, humanos y sostenibles:
- Iteración constante: La propuesta de valor al empleado (EVP) debe concebirse como un sistema en permanente desarrollo, no como una campaña estática. Al igual que los algoritmos se perfeccionan con cada interacción, las empresas deben adoptar una mentalidad “beta”, construyendo su marca empleadora junto al talento, no solo para él. Esta actitud permite responder con agilidad a contextos inciertos, donde el propósito y la cultura pesan más que los beneficios convencionales.
- Contextualización radical:Es esencial ajustar los mensajes al momento vital del profesional y al entorno cultural de cada equipo. La IA nos enseña que el contexto lo es todo: lo que funciona en un país, sector o generación puede no tener sentido en otro. Las marcas empleadoras deben segmentar sus narrativas y aterrizar su propuesta de valor en realidades locales y perfiles diversos. La autenticidad en el mensaje es hoy sinónimo de credibilidad.
- Claridad narrativa: Es hora de abandonar los eslóganes vacíos y comunicar con claridad y propósito. Así como la IA requiere instrucciones concretas para ofrecer resultados útiles, las organizaciones deben ser transparentes sobre quiénes son, qué ofrecen y a quién quieren atraer. La honestidad en la comunicación fortalece el vínculo y refuerza el sentido de pertenencia.
- Conversacionalidad: La interacción debe ser bidireccional y continua, no limitada a formularios. La IA ha demostrado que la conversación enriquece la experiencia. En employer branding, esto implica abrir espacios de escucha, anticipar necesidades y responder al feedback, incluso cuando es incómodo. Las empresas que dialogan construyen relaciones más sólidas con sus comunidades de talento.
- Aprendizaje adaptativo: Tomar decisiones informadas por la experiencia del talento es clave. La vulnerabilidad, entendida como apertura al aprendizaje, se convierte en una ventaja competitiva. Las organizaciones que comparten sus procesos, aprendizajes y desafíos conectan de forma más auténtica.
- Imperfección como valor: Mostrar las áreas en evolución y los retos pendientes genera empatía. Las personas no buscan entornos perfectos, sino espacios donde puedan crecer junto a la organización. Reconocer lo que aún está en construcción fortalece la conexión emocional.
- Curiosidad como motor:El aprendizaje debe estar en el centro de la propuesta de valor. Así como la IA genera nuevas preguntas, las empresas deben invitar al talento a explorar su cultura, descubrir sus desafíos y visualizar su potencial dentro de la organización. La atracción comienza con la inspiración, no con el trámite.
- Fluidez en los recorridos: Las experiencias laborales deben diseñarse como trayectorias abiertas, no como caminos lineales. Cada persona accede desde un punto distinto y avanza a su ritmo. El employer branding debe ofrecer múltiples puertas de entrada y recorridos internos que se ajusten a cada perfil.
- Confianza basada en la utilidad: La utilidad es el nuevo fundamento de la confianza. Confiamos en la IA porque resuelve problemas concretos; confiamos en las empresas por lo mismo: porque aportan valor real, oportunidades de desarrollo y experiencias que van más allá del contrato laboral.
El employer branding del futuro
El employer branding del mañana no se definirá por métricas tradicionales como el volumen de candidaturas o la agilidad en los procesos de selección, sino por su habilidad para conectar de forma genuina con las personas. Lo que marcará la diferencia será su capacidad de ser pertinente, empático y transparente. Se trata de construir un ecosistema dinámico que se nutre de la escucha activa, se transforma con cada interacción y aporta valor real al talento.
Al igual que la inteligencia artificial se perfecciona a través del aprendizaje continuo, las marcas empleadoras que aspiren a destacar deberán evolucionar junto a cada individuo que se acerque a ellas, adaptándose a sus expectativas, necesidades y momentos vitales. La competitividad, en este nuevo escenario, se medirá por la autenticidad de la experiencia que se ofrece, no por la eficiencia del proceso.
“El employer branding del futuro se diseña desde la conversación. Las compañías que aprendan a iterar con su talento, como lo hacen los modelos de IA, serán las que logren construir culturas más humanas, sostenibles y competitivas”, afirmó David González Natal, Socio y director general para la región Norte de América Latina en LLYC.
