Los procesos de evaluación del desempeño presentan una serie de retos a las organizaciones, entre ellos garantizar el cumplimiento de los derechos de los trabajadores. Se trata de una herramienta que resulta fundamental y que está regulada en el Estatuto de los Trabajadores. Asimismo, la empresa no puede perder de vista que sus empleados pueden impugnar legalmente los resultados del proceso.
En el número de abril de la revista ORH, Mario Embid, abogado de Martínez Echevarría, pone de manifiesto que la gestión del desempeño “no se limita a una mera valoración del empleado, sino que suele vincularse a esquemas de retribución variable y, por ende, afectar a la remuneración”.
A efectos legales, el proceso de evaluación del desempeño es un proceso complejo en el que resulta necesario ponderar los distintos derechos que pueden entrar en conflicto; es decir, encontrar un justo equilibrio entre los derechos de la empresa, del empleado evaluado y del resto de empleados de la compañía.
A la hora de diseñar estos procesos hay que prestar una especial atención a que los derechos de los trabajadores no sean vulnerados. El derecho a la igualdad y a la protección de datos suponen límites importantes que deben tenerse en cuenta. En el artículo Riesgos legales de los procesos de evaluación del desempeño, Embid destaca el régimen aplicable en cada caso y señala de qué forma ajustarse a la legalidad vigente.
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