Pensar el sentimiento y sentir el pensamiento: Unamuno como guía para el liderazgo empresarial

Redacción ORH11 junio 20258min
Miguel de Unamuno con IA
Josean Ascarza, director de Talent Services de Grupo Castilla.- Los que me conocéis sabéis que soy una persona esforzada por estar atento a las nuevas tendencias y verdaderamente cada vez le doy más importancia a esta faceta, este mundo está yendo muy deprisa, demasiado incluso… Por esto, de un tiempo a esta parte, también estoy volviendo a algunas ideas, pensamientos más “clásicos” y esta mañana me di de bruces con una frase de esas que cuando las lees te deja pensativo, de las que no puedes pasar por encima de ella sin pensar unos minutos sobre el trasfondo de la misma.

 

En concreto es una frase de Miguel de Unamuno, filósofo, escritor y pensador español, que dejó un legado intelectual que trasciende los límites de la literatura y la filosofía. Su famosa frase “Hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento” plasma una profunda verdad sobre la naturaleza humana: la inseparabilidad de la razón y las emociones, que gran tema, ¿verdad? En el contexto del liderazgo empresarial actual esta idea coge más fuerza y puede servir como una brújula para gestionar equipos, tomar decisiones estratégicas y fomentar una cultura organizacional que equilibre la lógica con la empatía, la razón con la emoción.

 

El pensamiento y el sentimiento son los pilares del liderazgo moderno, pero cada uno en su justa medida, y en el momento adecuado.

 

Josean Ascarza, director de Talent Services de Grupo Castilla

En un mundo empresarial cada vez más complejo, los líderes deben ser capaces de integrar lo racional y lo emocional en su toma de decisiones. La inteligencia emocional, definida como la capacidad de reconocer, manejar y utilizar eficazmente las emociones propias y ajenas, se ha convertido en una competencia esencial para los líderes actuales. Unamuno nos invita a reflexionar sobre cómo el equilibrio entre pensamiento y sentimiento puede generar un liderazgo más humano y efectivo. Por ejemplo, un líder emocionalmente inteligente no solo analiza datos para tomar decisiones estratégicas, sino que también considera cómo esas decisiones impactarán en las personas involucradas. Este enfoque no solo fomenta la confianza y el respeto dentro del equipo, sino que también mejora la productividad y la cohesión organizacional.

Es en este momento cuando entran en acción dos palabras que por desgracia no están tan de moda en el mundo empresarial, la ética y la autenticidad, es lo que muchos denominan el “liderazgo basado en valores«. Unamuno defendía que las ideas y los sentimientos deben estar al servicio de la vida, no al revés. En el ámbito empresarial, esto se traduce en un liderazgo basado en valores éticos y auténticos. Los líderes deben actuar con integridad, demostrando compromiso con sus equipos y con los objetivos organizacionales. La transparencia y la coherencia entre lo que se piensa, se siente y se hace son fundamentales para construir relaciones sólidas con empleados, clientes e inversores.

Un ejemplo icónico de liderazgo ético es el episodio protagonizado por Unamuno durante el Día de la Raza en 1936. Enfrentándose al general Millán Astray, Unamuno pronunció su célebre frase: “Venceréis, pero no convenceréis”. Este acto de valentía ilustra cómo un líder puede mantenerse firme en sus principios incluso en situaciones adversas. En el mundo corporativo esto podría traducirse en tomar decisiones difíciles, pero necesarias, para preservar los valores fundamentales de una organización.

 

¿Cómo debemos entonces conseguir la integración de pensamiento y sentimiento en la toma de decisiones?

Unamuno sostenía que “lo pensado es lo sentido”, destacando que las emociones no deben ser ignoradas en favor de una lógica fría. En el entorno empresarial esta perspectiva es especialmente relevante cuando se trata de tomar decisiones estratégicas. Los líderes que combinan análisis racional con empatía son más capaces de prever las implicaciones humanas de sus acciones. Por ejemplo, al implementar cambios organizacionales significativos, como una reestructuración o una fusión empresarial, es crucial considerar no sólo los aspectos financieros, sino también cómo estos cambios afectarán a las personas empleadas . La resistencia al cambio suele estar impulsada por emociones como el miedo o la incertidumbre. Un líder que “siente el pensamiento” puede abordar estas preocupaciones con empatía mientras comunica los beneficios del cambio de manera clara y persuasiva.

El liderazgo tradicional basado en estructuras jerárquicas está siendo reemplazado por modelos más colaborativos. Según Unamuno, la vida misma está llena de contradicciones que debemos aceptar e integrar. En este sentido, los líderes deben fomentar un entorno donde las ideas divergentes sean valoradas y donde todas las personas del equipo puedan contribuir al proceso decisional. La colaboración no solo mejora la creatividad y la innovación dentro de las organizaciones; también refuerza el sentido de pertenencia entre la plantilla. Al empoderar a sus equipos para tomar decisiones autónomas dentro de un marco ético compartido, los líderes pueden construir culturas empresariales más resilientes y adaptables.

Un concepto que invita también a cierta reflexión es cuando Unamuno hablaba del “sentimiento trágico”. Lo define como una forma de comprender las contradicciones inherentes a la existencia humana. En el mundo empresarial, este concepto es muy recurrente y puede aplicarse al reconocimiento de los desafíos inevitables a los que se enfrentan las organizaciones que a veces pueden  ser contrarios a las ideas iniciales. Un líder debe ser capaz de aceptar estas dificultades como parte del proceso natural del crecimiento.

 

El sentimiento trágico también implica una visión a largo plazo. Las decisiones empresariales no siempre generan resultados inmediatos; algunas requieren sacrificios temporales para lograr beneficios duraderos. Este enfoque puede ayudar a los líderes a mantener la perspectiva adecuada incluso en tiempos difíciles.

 

Conclusión

En el momento actual, en un mundo tan cambiante como el que nos está tocando vivir, no concibo otra manera de dirigir que no sea liderando desde la humanidad. La frase “hay que sentir el pensamiento y pensar el sentimiento” encapsula un principio fundamental para el liderazgo moderno: combinar racionalidad con empatía para crear organizaciones más humanas. Miguel de Unamuno nos recuerda que detrás de cada decisión empresarial hay personas con emociones, aspiraciones y necesidades.

Los líderes empresariales tienen hoy una oportunidad única para aplicar esta filosofía en sus prácticas diarias. Al equilibrar pensamiento y sentimiento, pueden construir culturas organizacionales más inclusivas, éticas y resilientes. En última instancia, liderar desde esta perspectiva no solo beneficia a las empresas; también contribuye al desarrollo humano integral dentro del ámbito laboral.

 


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