■ El líder ya no es un canal de transmisión, sino alguien capaz de ver la red de conocimiento y conectar los nodos.
Los Departamentos de Formación de las organizaciones deben adaptarse a la nueva realidad de la sociedad del conocimiento. El modelo de aprendizaje unidireccional, con un instructor y muchos receptores, ya no funciona. Ahora todas las personas pueden ser productoras de conocimiento, y las redes sociales son un medio idóneo para compartirlo. La formación debe reorientarse hacia la conversación. Estas son las principales conclusiones de la IV Jornada Anual Premium de la Fundació Factor Humà, centrada en el impacto de las nuevas tecnologías de la información en el aprendizaje del futuro en las organizaciones.
Con su ponencia “Nuevas formas de organización en la era del conocimiento”, María Jesús Salido, Coordinadora de The Project y Socia-fundadora de Projectlinkr.com, habló de la necesidad de las organizaciones de abandonar las relaciones laborales de fábrica del siglo pasado: “No estamos aprovechando el valor de la sociedad del conocimiento y por eso no somos suficientemente competitivos. La crisis actual no es sólo económica, es una crisis del sistema”. Desde el punto de vista de la gestión afirmó que con el nuevo contexto no se puede obligar a las personas a producir conocimiento y por eso ya no funciona el liderazgo gerencial. Hay que fomentar las relaciones personales en el entorno de trabajo: “Hay que adoptar un nuevo enfoque para los Recursos Humanos, y fomentar las relaciones personales. El líder ya no es un canal de transmisión, sino alguien capaz de ver la red de conocimiento y conectar los nodos”.
A María Jesús le siguió Laura Rosillo, consultora en creación de comunidades y redes internas y social media trainer quien inició su ponencia, “De maestro a DJ: la reinvención de los formadores internos (difundiendo el conocimiento tácito)” con una declaración contundente: «Ha llegado el momento de romperlo todo y empezar de cero, porque la gente ya no quiere ir a sesiones de formación». Según la ponente, los alumnos son también productores de conocimiento y por eso hay que repensar la formación: «Hay que transformar los formadores internos en disk-jockeys, o mezcladores, que mezclen los distintos conocimientos e ideas de la organización». El formador debe convertirse en un gestor de conversaciones con las nuevas tecnologías como base: «Hay que reflexionar sobre cómo usar el 2.0, y dejar que la gente cuente historias e intercambie conocimiento tácito.» También destacó la importancia de dejar que cada uno sea responsable de su aprendizaje.
Por su parte, Jesús Martínez, Responsable de Nuevos Programas Formativos del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, explicó la reinvención de la formación en su organización. “El aprendizaje es conexión”, afirmó. Hace unos años se creó el Programa Compartim, ideado para promover el intercambio de conocimiento entre profesionales de ámbitos similares dada la necesidad de encontrar soluciones diferentes a las nuevas problemáticas a las que se enfrentaban los profesionales. Así empezó la colaboración a través de comunidades de prácticas: “Colaborar quizás es más natural ahora que en los años 90, y compartir es más relevante. El modelo instructivo está quemado; es necesaria una reconversión al peer to peer”.
Y por último, Montse Herrera, Directora de Desarrollo/Área de personas en la Universitat Oberta de Catalunya, explicó la política de desarrollo de la UOC, centrada en la contribución, el bienestar y la individualización de los perfiles y necesidades de las personas, centrando su objetivo en “pasar de gestores de formación a gestores de conocimiento, incorporando las nuevas tecnologías y entendiendo la formación como un proceso y no como un resultado”.
Fuente: Factor Humà.
