Los expertos reclaman una base emocional fuerte en el nuevo liderazgo. Razón y corazón se aúnan en el en un punto de equilibrio necesario para que los discursos sobre la buena gestión pasen a ser realidades de las best practices. ESCP Europe acaba de poner en marcha en su campus de Madrid una incubadora de talento para buscar a los ases de corazones del liderazgo emocional del mañana y retar al statu quo actual basado más en ejecutar que en liderar con humanidad y empatía.
Cómo son y cómo actúan estos ases de corazones lo explica Irene García, experta en coaching y conductora del taller “Aces of Hearts”:
El as de corazones es… aquella persona que aúna las características del liderazgo emocional. Como as personifica al líder, el corazón a lo emocional. Los ases de corazones representan la nueva corriente del management empresarial, aquella que pone el foco en la persona y no en los números, incluso en época de vacas flacas y de crisis.
Sabe repartir juego. Un líder emocional reparte juego, abriéndose desde el interior y forjando confianza en su equipo. Les hace partícipes de cada proyecto, conoce los talentos de cada uno y les implica de manera directa en la consecución de los objetivos.
Tiene mano ganadora. Un líder emocional emite confianza y humanidad porque sabe que no es infalible y porque es un apasionado del trabajo en equipo. El magnetismo que irradia por su naturalidad y sinceridad, huyendo de la impostura, es capaz de mover organizaciones.
Conoce cuál es la mejor baza. El líder emocional sabe que precisamente el corazón es la mejor baza para ser rentable en la empresa y, en definitiva, para la sociedad. La jugada no es sólo una consecución de objetivos, sino una estrategia limpia basada en cómo conseguirlos.
Sabe jugar sus cartas. Un as de corazones sabe jugar sus cartas teniendo en cuenta también siempre las de los demás porque el éxito de la jugada se basa en lo colectivo y no sólo en lo individual. De ahí que sus señas más potentes sean la colaboración mutua, la flexibilidad, la apertura de miras y la confianza en su equipo.
Busca conseguir el póker de Ases. El líder emocional busca un póker de ases, la jugada definitiva. Aquella que es capaz de retar ese statu quo actual y lograr, a la vez, los objetivos empresariales planteados. Lidera con cabeza, pero sin desprenderse de las emociones, del corazón porque trabaja con y para personas.