La formación de los líderes del futuro: un viaje de aprendizaje permanente
Por Jon Azua, decano del programa Work Academy de PwC.- Las revoluciones tecnológicas, geopolíticas y económicas en las que estamos inmersos despiertan, a partes iguales, ilusión y temor. Por eso, la última edición de la Global Workforce Survey de PwC, una encuesta global en la que hemos entrevistado a más de 60.000 empleados de 55 países se titula “Hopes & Fears” (Esperanzas y Miedos). En el sondeo, más de la mitad de los profesionales reconocen que se están produciendo demasiados cambios simultáneos en el mercado laboral, lo que eleva su carga de trabajo y les genera incertidumbre de cara al futuro. En el mejor de los casos, la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) hará que muchas profesiones se transformen; en el peor, desaparecerán. La buena noticia es que los trabajadores siguen siendo optimistas sobre su futuro: el 77% dice sentirse preparado para adaptarse a las nuevas formas de trabajar y el 72% se muestra entusiasmado por las oportunidades de aprendizaje y crecimiento, concibiendo también la propia IA como una fuente de oportunidad para el enriquecimiento, optimización de sus capacidades profesionales y desarrollo personal.
En este mundo disruptivo, la educación y la formación son más importantes que nunca, aunque deben reinventarse para no quedarse atrás. Los profesionales ya no sólo deben adquirir las capacidades que les permitan completar su trabajo con solvencia, sino que tienen que incorporar nuevas habilidades si quieren seguir siendo actores relevantes a medio y largo plazo y hacerse un hueco relevante en la economía del futuro. El trabajo en equipo, la gestión de personas, la innovación, el pensamiento estratégico o la adquisición de competencias digitales avanzadas ya no serán algo reservado para quienes aspiren a ser líderes de sus compañías, sino que se convertirán en soft skills imprescindibles para todos los profesionales sin excepción. Proceso que refuerza el propio rol de la dirección, hacia un imprescindible liderazgo compartido, con una cada vez mayor coparticipación a lo largo de las empresas y organizaciones.
Work Academy, el proyecto pionero que ha puesto en marcha PwC para formar a sus profesionales, tiene justamente este enfoque: permite integrar a la perfección las exigencias propias del arranque de la carrera profesional con la formación que se necesita para seguir jugando un papel relevante en un ecosistema empresarial en constante transformación. Este programa formativo no solo permite incorporar las hard y soft skills que necesitarán los profesionales en los próximos años, sino que también se convierte en una herramienta eficaz para acreditar los conocimientos adquiridos con un título universitario, sin tener que parar la carrera profesional para volver a las aulas.
Creo que no me equivoco si me atrevo a decir que este programa es el puente entre el mundo empresarial y académico que los expertos en educación llevan décadas reclamando y las empresas demandando del sistema educativo, desde su propio compromiso y rol proveedor de la formación y aprendizaje específicos requeridos por sus particulares y diferenciados modelos de negocio.
En la era de la IA, se requieren perfiles que sean capaces de evolucionar constantemente, demandando un aprendizaje continuo y transversal que sirva para afrontar los nuevos retos que van surgiendo durante el camino. Mientras que la tecnología y las empresas evolucionan a una velocidad vertiginosa para responder a las necesidades del mercado, ni el sistema educativo puede quedarse atrás ni las empresas pueden inhibirse en su papel formativo, partiendo de sus propios empleos y actividades diferenciales que conforman sus respectivas estrategias competitivas. Las estadísticas revelan que hay cerca de 120.000 vacantes de perfiles tecnológicos sin cubrir en España, un dato preocupante si se tiene en cuenta que la tasa de paro juvenil duplica la de la Unión Europea.
Las nuevas generaciones deben ser muy conscientes de que, en el transcurso de nuestra vida académica y profesional, nos embarcamos en un viaje de aprendizaje que va mucho más allá de adquirir conocimientos técnicos. Tenemos que saber transmitir a nuestros jóvenes que, aunque comenzamos la carrera profesional con una idea en mente, con el paso del tiempo las necesidades del mercado serán otras muy diferentes. Por ello, es imprescindible que, a la vez que profundizamos en nuestro sector, seamos capaces de ver que cada tarea, cada proyecto, cada reto superado nos ayudará a convertirnos en los líderes que necesita un mundo muy diferente que, en 2050, si lo miramos con los ojos de hoy, requerirá una apuesta, compromiso, competencias, capacidades y liderazgos innovadores que no vendrán dados, sino que serán fruto de lo que nosotros seamos capaces de construir, desde hoy. Se trata, sin duda, de ganar el futuro que deseemos.
Aunque la formación siempre ha sido prioritaria para una firma de servicios profesionales como PwC (el mercado siempre nos ha reconocido como una firma que es capaz de formar a los mejores auditores, consultores, abogados y fiscalistas del mercado, y otorga valor a la “escuela y cultura profesional PwC”), con programas como Work Academy hemos logrado dar un paso más: centramos el foco en la excelencia, el reciclaje profesional y la recualificación permanente, permitiendo a nuestros profesionales de todas nuestras áreas de negocio incorporar las habilidades que necesitan para desarrollar al máximo su talento y su potencial, lo cual revierte en ofrecer el mejor servicio posible a nuestros clientes, que es la razón de todo lo que hacemos, aportando valor compartido en las Comunidades en que operamos. Work Academy no es un programa más, sino un impulso estratégico para liderar el cambio coprotagonizando las transformaciones de vanguardia desde nuestro activo esencial: las personas.
