Cobrar tarde o cobrar mal son los dos errores imperdonables en el proceso de gestión de nómina que, aunque pudieran parecer superados en pleno siglo XXI, todavía siguen siendo recurrentes en no pocas empresas de todo el mundo. Así se revela en el estudio de ADP “People at Work 2023: una visión sobre el equipo humano global”, en el que la retribución se erige como la principal prioridad de los empleados de los cinco continentes. Hasta dos tercios la ponen por delante de la flexibilidad, el desarrollo de carrera, la formación y la flexibilidad.
De siempre se ha dicho que equivocarse en las nóminas tiene un coste de credibilidad más alto que cualquier otro tipo de error en la relación empresa-empleado. Los empleados pueden entender casi todo menos que las cifras del bruto y del neto bailen de un mes a otro sin justificación. Y si, además, la situación económica tensiona su poder adquisitivo, equivocarse en la nómina le puede poner en apuros económicos.
Según el estudio de ADP, más de cuatro de cada diez encuestados (43 %) afirman que cobran siempre, en ocasiones o con frecuencia, menos de lo que les corresponde, y casi un tercio (32 %) experimenta con regularidad algún otro tipo de error en el pago, como un pago fallido o un código tributario incorrecto.
A pesar de que siete de cada diez (71 %) afirman que tienen acceso a la información sobre su nómina online y que ello les debería permitir saber cuándo y cuánto les van a pagar, la realidad es que se enfrentan a serias dificultades a la hora de interpretar los conceptos salariales como la nomenclatura de los códigos tributarios, el cómputo de las horas a tiempo parcial (horas extra o la jornada flexible) o la manera en que se calculan las bonificaciones.
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