Históricamente las mujeres han sido las encargadas del cuidado de los hijos, mientras los hombres son proveedores. Afortunadamente, esta idea poco a poco está cambiando, donde se comienza a entender que la crianza de los hijos es una tarea compartida entre mamá y papá, sin embargo, cuando el padre quiere involucrarse en el cuidado de los menores, no existe el suficiente apoyo por parte del gobierno y las empresas para brindarles tiempo de cuidar a su familia sin perder su trabajo ni la remuneración económica que reciben.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha propuesto a los gobiernos y empresas que en lugar de dar una licencia “materna” debería de otorgarse una licencia “parental” remunerada, para ayudar a todos los cuidadores, incluido el padre, que es fundamental en el desarrollo del niño.
Sin embargo, la realidad es muy distinta, ya que en la actualidad tan solo 42 países cuentan con políticas nacionales que les ofrecen a madres, padres y cuidadores, tiempo y recursos suficientes, es decir, seis meses de licencia materna remunerada y cuatro semanas de licencia paterna remunerada, por cuidar a sus hijos.
En México, la Ley Federal establece que los hombres que se acaban de convertir en padres pueden pedir permiso para ausentarse 5 días laborales por el motivo de permiso de paternidad. Estos días son remunerados con el pago del salario regular al 100%. Para hacerlos válidos el trabajador debe informar con tiempo a la empresa en la que labora y presentar la documentación correspondiente, de acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
“La brecha salarial de género aumenta dramáticamente cuando las mujeres tienen hijos, la cual se podría reducir significativamente si los hombres y mujeres pudieran compartir el cuidado de los hijos de forma más equitativa. Un Programa de Licencia por Paternidad permitiría que los padres tuvieran mayor tiempo de permiso remunerado que el establecido por la ley en México”, comparte Aideé Zamorano, Fundadora de Mamá Godín.
El permiso por paternidad se introdujo en México en el 2012. En la propuesta original se consideró una duración de diez días, sin embargo, tras las negociaciones y debates legislativos se acortó a cinco días. El total de permisos por maternidad otorgados en 2018 fueron 279,999, mientras que los permisos por paternidad registrados fueron 8,170, según el IMSS.
Debido a la gran diferencia que existe entre el tiempo que les dan a las mujeres de licencia por maternidad, 84 días (12 semanas), en contraste con los 5 días que les dan a los hombres de licencia por paternidad; en México se han presentado más de 20 iniciativas en las cámaras del Congreso de la Unión para aumentar el tiempo de licencia por paternidad, aunque desde el 2012 no ha habido ninguna reforma nacional que implique cambios significativos.
En otros países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), a los padres se les dan 8 semanas. Algunos de ellos son Corea del Sur, Japón, Francia, Portugal, Bélgica, Suecia y Alemania.
En el contexto global existe una gran variedad en cuanto a la extensión y el tipo de permisos que se otorgan. Los rangos van desde ningún tipo de permiso posterior al nacimiento del hijo hasta los 12 meses. En algunos países existen periodos de permisos largos, pero pueden no ser pagados, de aquellos que son pagados el periodo máximo es de 36 meses.
En México las políticas de permisos parentales son un instrumento que impulsa un nuevo modelo familiar que reconoce al padre y la madre como proveedores y cuidadores. A pesar de que la opinión pública en México está a favor de que se incremente la extensión del permiso por paternidad para que se iguale con el permiso por maternidad, los cambios en el panorama nacional desde 2012 a la fecha son mínimos.
Aumentar el tiempo de los permisos parentales en México promueve la equidad de género y la igualdad, ya que los hombres suelen dedicar poco tiempo al cuidado de sus hijos recién nacidos y es necesario que terminemos con los estereotipos de que las madres deben ser las únicas cuidadoras de los hijos. Las mamás y papás mexicanos necesitan este cambio en el ámbito laboral, para que también exista una transformación a nivel cultural y en la vida cotidiana.