La actitud digital es la competencia del momento. Resumir la adaptación digital al aprendizaje de aptitudes obvia que el camino para que éstas fluyan en nosotros con agilidad es trabajar previamente nuestra actitud digital. La transición del modelo productivo avanza cambiando el modelo de trabajo, y más allá del upskilling o reskilling que las empresas proporcionen y que nosotros mismos queramos emprender, lo que verdaderamente nos dará seguridad de que tenemos nuestro espacio en la revolución tecnológica es entenderla. No se trata de que pensemos como las máquinas, sino de convencernos de que las máquinas no piensan, sólo ejecutan «prompts». ¿Y quién se los da?
La actitud digital se traduce en las 7 competencias recogidas en el estudio Work Trend Index 2023 de Microsoft y que, lejos de ser nuevas, simplemente son una versión 4.0 de sí mismas:
- Pensamiento analítico para saber cuándo aprovechar una capacidad de la IA en lugar de una capacidad humana. Ambas son complementarias aunque sólo sea para decidir si una es más oportuna que la otra.
- Flexibilidad para integrar la tecnología en los procesos del día a día. El roce también hace el cariño cuando se trata de IA y cuanto más la utilicemos, más la necesitaremos.
- Inteligencia emocional para saber cuándo aprovechar la capacidad humana en lugar de la artificial. No confundir con la inversa, citada en primer lugar, porque en este caso han de primar criterios humanistas y en el otro los técnicos.
- Evaluación creativa para saber valorar y mejorar los contenidos creados con IA. De momento, y aún queda mucho para su versión matrix, la versión generativa de la IA es un repositorio de información muy, muy amplio, pero incompleto y, por lo tanto, con riesgo de inexactitudes.
- Curiosidad para hacer las preguntas correctas a la IA. Para obtener las respuestas que necesitamos afinemos las cuestiones que queremos saber.
- Detección y manejo de sesgos para interpretar la equidad de la IA aplicada a la toma de decisiones. Un gran riesgo normativo y reputacional que puede “colarse” en los diferentes estadios de desarrollo, funcionamiento y aprendizaje de los algoritmos.
- Delegación en la IA para comprender sus capacidades y sus límites. La habilidad de escribir prompts precisos no será de los ingenieros o, al menos, sólo de ellos.
“Trabajar junto a la IA, utilizando el lenguaje natural, será tan natural como lo hacemos con Internet y los ordenadores”.
