Las tendencias a veces se convierten en tradiciones y no sólo por su cadencia temporal sino porque sus contenidos no proponen tendencias sino un bucle de déjà vu al servicio de muchos intereses. Pero ¿y si hablamos de funemployment? ¿Y de las queenagers? Estos anglicismos dibujan un panorama de predicciones cuando menos diferente.
Lo híbrido, lo flexible, lo ágil… todo está reconfigurando el mundo del empleo y repensarlo está haciendo ver situaciones y prioridades de toda la vida desde una perspectiva diferente. De la mano de Deel exploramos 5 in-put que estarán de moda o decaerán en este 2024 que acabamos de estrenar.
1. «Skills first” vs. titulitis.
Los días en los que la posesión de un título universitario tenía un valor muy significativo en el currículum pueden estar llegando a su fin. Empresas a nivel global están adoptando la perspectiva de que el dominio de habilidades de comunicación, sociales e interpersonales es un criterio suficiente para la idoneidad laboral, incluso en ausencia de un título universitario o experiencia previa en un puesto determinado.
2. “Funemployment” vs. desempleo pasivo.
Estar un tiempo sin trabajar o en paro puede resultar un verdadero quebradero de cabeza para las personas, pero cada vez son más las que intentan cambiar el chip visualizando cada etapa profesional como un crecimiento. Cuando se dan situaciones adversas en las empresas y se reduce el equipo, los profesionales – que se lo puedan permitir- pueden disfrutar de su tiempo libre para viajar, hacer compañía a sus seres queridos o apostar por la formación para reinventarse o potenciar su creatividad para próximos trabajos. El término, aunque pueda sonar disparatado, busca invitar a las personas a que afronten esta situación de una forma enriquecedora y liberadora y no como algo deprimente y aterrador sufriendo ansiedad o miedo. Al final, cómo nutrimos nuestra mente es reflejo de nuestro estado físico.
3. «Queenagers» vs techo de cristal.
Hace años que las denominadas “queenagers” forman parte de las compañías pero no siempre se les ha reconocido su valor. Ahora son consideradas como una nueva categoría de trabajadoras; mujeres que empezaron sus carreras en la década de los 80 y fueron obligadas, por pura voluntad y determinación, a romper el “techo de cristal” y convertirse en ambiciosas figuras corporativas. Suelen tener entre 45 y 65 años, hijos mayores e ingresos relativamente altos. Su valoración como pieza clave dentro del mundo laboral tiene que dejar de ser una tendencia para convertirse en la norma.
4. “Rage Applying» vs. doble check.
Muchos profesionales aplican a empleos por alguna disconformidad con su empresa actual. Está comprobado que esta actitud es una respuesta del trabajador respecto a un hecho que no ha sido de su agrado como el rechazo a un ascenso, a una subida salarial o una época dura de trabajo. Es una táctica reaccionaria que produce un aumento desorbitado de solicitudes de empleo como un gesto de liberación emocional y tanteo de la situación del sector, para comprobar si existen mejores opciones. Si bien a menudo es necesario buscar otros horizontes, las decisiones tomadas en caliente no suelen dar los mejores resultados. Pensar dos veces nos ayuda a pensar inteligentemente.
5. Flexibilidad basada en el compromiso.
La flexibilidad genera compromiso si se basa en el compromiso, esto es: la jornada flexible fideliza cuando se ejerce con responsabilidad. Cierto que las prioridades han cambiado y que las personas son más exigentes con su tiempo, pero la productividad no puede ser la moneda de cambio.