La vida sedentaria que llevamos los españoles, más de 2.800 horas al año sentados en la oficina, repercute directamente en nuestra salud y bienestar y, por ende, en la productividad y calidad del trabajo. Es por ello que ha surgido el foodaholic: llevar una rutina alimentaria novedosa y práctica dentro del horario laboral.
Kaiku Sin Lactosa se ha apuntado a esta tendencia y ha dado una serie de claves para practicarlo:
Mindful eating: comer mientras trabajamos pasa factura, con lo que es conveniente separar ambas actividades y centrarse en el sabor y propiedades de los alimentos.
El arte del tupper: la mitad del tupper debe llevar vegetales; un cuarto del plato proteínas; y el último cuarto, hidratos de carbono. Además, se puede acompañar con fruta o yogur.
Shots naturales: lácteos y té verde como complementos más energéticos saludables que la cafeína a primera hora. Yogur desnatado con sabores a media mañana ayuda a evitar tentaciones.
Comer sentado: aguacates, nueces, yogures y semillas como la chía ayudan a cuidarse cuando la actividad física es reducida implica evitar ciertos alimentos y potenciar aquellos que estimulen la circulación y oxigenación de nuestro cuerpo.
Practicar con el ejemplo: a la moda foodaholic se han apuntado famosos, Gwyneth Paltrow, por ejemplo. En sus alimentos para el horario laboral se encuentran: manzanas, miel o jengibre; alimentos con un gran poder anti-inflamatorio y fáciles de combinar para hacerlos on-the-go.