Por Daniel López Paíno, director de la Unidad de Negocio de HCM en Iberia y Mid Market en España de Cegid.- La futura reducción de la jornada laboral en España ha generado un intenso debate sobre su impacto en la productividad y el crecimiento empresarial. La medida, impulsada por el Gobierno, plantea reducir las horas de trabajo semanales de las 40 actuales a 37,5 sin afectar al salario de los empleados. Si bien esta iniciativa busca mejorar la conciliación y el bienestar laboral, también supone un desafío para las empresas, que deberán adaptarse para mantener su competitividad.
Este cambio legislativo se enmarca en un contexto en el que la productividad en España lleva años creciendo a un ritmo inferior al de otros países europeos. Según datos de Eurostat, mientras que en países como Alemania y Francia la productividad por hora trabajada ha crecido un 7% y un 6% respectivamente en los últimos diez años, en España el aumento ha sido de solo un 1,5%. Históricamente las reducciones de jornada han ido acompañadas de medidas de mejora de la eficiencia, y en este caso no debería ser diferente, especialmente en este contexto, ya que de lo contrario la competitividad de las empresas españolas podría verse comprometida.
Para afrontar con éxito esta transición, las organizaciones deben centrarse en la eficiencia operativa. Y no se trata de hacer lo mismo en menos tiempo: la solución pasa por reestructurar la organización del trabajo y mejorar los procesos internos.
Aquellas empresas que logren adaptar su modelo de negocio sin reducir la calidad del servicio ni sobrecargar a sus empleados tendrán una clara ventaja competitiva en el mercado.
En este sentido, la tecnología jugará un papel fundamental. La automatización de tareas repetitivas, la optimización de flujos de trabajo y el análisis y gestión de los datos permitirán maximizar el rendimiento de las horas laborables. A través de diferentes herramientas, las empresas pueden mejorar la gestión del tiempo y reducir la carga administrativa, permitiendo a los empleados centrarse en tareas de mayor valor añadido.
Por ejemplo, en los departamentos financieros, el uso de un ERP avanzado para la gestión integral del departamento (facturación, contabilidad, tesorería…) ha permitido eliminar muchas tareas manuales y agilizar procesos que antes requerían un gran número de horas. Un reciente estudio que lanzamos desde Cegid junto con ASSET (Asociación Española de Financieros de Empresa) destacó que los ERP ya son utilizados por el 73% de los directores financieros en España, lo que les permite agilizar, principalmente, la facturación, la contabilidad y la planificación de recursos. Lo mismo ocurre en sectores como la industria, la logística o los servicios profesionales, donde la digitalización ha facilitado la gestión de recursos y la toma de decisiones en tiempo real.
A mayores, el trabajo en la nube y las plataformas de colaboración han mejorado la comunicación interna, evitando reuniones innecesarias y permitiendo que los equipos operen de manera más coordinada. Para cuando entre en vigor la reducción de la jornada, será imprescindible que las empresas cuenten con herramientas que favorezcan una gestión más eficiente del tiempo y los recursos.
La reducción de la jornada laboral representa un reto para las empresas, pero también una gran oportunidad para evolucionar hacia modelos de trabajo más eficientes y sostenibles. Puede que sea la medida laboral más relevante desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores, pero no es simple legislación: es un proyecto que busca modernizar España y mejorar la calidad de vida de los trabajadores. Con una mejor planificación del tiempo, el apoyo de la tecnología y un liderazgo enfocado en la productividad, las compañías podrán mantener su competitividad y adaptarse con éxito a esta nueva realidad.
Aquellas organizaciones que sepan aprovechar este cambio lograrán ser más eficientes, atraerán y retendrán mejor el talento, mejorarán el bienestar de sus empleados y estarán mejor preparadas para el futuro del trabajo. La reducción de la jornada no es solo una cuestión de horas, es una invitación a repensar la productividad, a innovar en la organización del trabajo y a construir un futuro donde eficiencia y bienestar vayan de la mano. En este nuevo escenario, no sobrevivirán las empresas que más trabajen, sino las que mejor trabajen. Sepamos aprovechar la oportunidad.
