En realidad, podría decir que tengo 45 o 55, si me apuráis incluso poco más de 40, y la situación sería la misma. Cuando acabaron mis “taitantos” ya comprendí que empezaban a disminuir las posibilidades de acabar mis días en mi empresa. Y no tanto porque mis capacidades y habilidades se hubieran quedado caducas con […]