Cinco atributos culturales tóxicos y sus costes organizacionales

Ángel Peña24 agosto 20237min
Aunque la moda de la Gran Renuncia ya va remitiendo, siguen apareciendo artículos sobre los efectos de la cultura tóxica. La revista del MIT Sloan ha publicado un par de estudios muy útiles para averiguar si el nuestras vacaciones pueden desembocar en el regreso a un trabajo poco saludable.

 

Afróntelo. Ya queda poco para volver. Si está de vacaciones o en ese agosto laboral normalmente menos intenso, quizá le convenga ir pensando en lo que le espera. Haga memoria. ¿Lo pasaba mal allí? A lo mejor ahora, reflexionando, pueda llegar a la conclusión de que su lugar de trabajo es tóxico. Y tomar medidas al respecto.

Durante un tiempo, se apelaba a la “piel demasiado fina” de algunos empleados. Cuando llegó la Gran Renuncia, muchas organizaciones empezaron a pensarse muy seriamente si no había algo realmente serio detrás. Un estudio en la MIT Sloan Review llegó a afirmar en su título: “Toxic Culture Is Driving the Great Resignation”.

 

Medios como Forbes, el Financial Times o Insider están publicando artículos sobre el asunto, que sigue preocupando pese a que ya no se habla tanto de la Gran Renuncia

 

Los investigadores Donald Sull, Charles Sull y Ben Zweig analizaron nada menos que 34 millones de perfiles de empleados para identificar a trabajadores que lo dejaron por cualquier motivo entre abril y septiembre de 2021.

Tras combinar distintas variables, llegaron a la conclusión de que, “en general, la cultura corporativa es un predictor mucho más fiable del desgaste ajustado al sector”. Y el gran ejemplo, significativamente, consistía en que una “cultura tóxica es 10,4 veces más poderosa que la compensación para predecir la tasa de deserción de una empresa en comparación con [la media de] su industria”. Y lo ilustraron a la perfección con el siguiente gráfico (cada barra indica el nivel de importancia de cada tema para el abandono en relación con la remuneración de los empleados).

El estudio concluyó también que los principales elementos que contribuyen a las culturas tóxicas se incluyen en tres grandes grupos:

  • Falta de promoción de la diversidad, la equidad y la inclusión.
  • Sensación de no ser respetados en los trabajadores.
  • Comportamiento poco ético.

En otro estudio posterior de la MIT Sloan Review (solo un mes después: el tema estaba muy candente durante la Gran Renuncia), otros tres investigadores, Donald Sull, Charles Sull, William Cipolli y Caio Brighenti, analizaron más de 1,3 millones de reseñas del portal Glassdoor escritas por empleados de grandes empresas de hasta 40 sectores. Con los resultados desarrollaron “cinco atributos culturales tóxicos” que aparecen sistematizados en la siguiente ilustración.

Los atributos se podrían traducir al español como “irrespetuoso, no inclusivo, poco ético, despiadado y abusivo”. En el gráfico, cada barra representa el impacto marginal que tuvo una mención negativa de un tema en la calificación de un empleado de la cultura de su organización. Si un empleado dice que se siente no respetado en su revisión, por ejemplo, su calificación de cultura será 0,66 más baja en una escala de cinco puntos en promedio, todo lo demás en igualdad de condiciones.

 

A continuación, el estudio avisaba de los costes organizacionales de una cultura envenenada por uno o varios de estos atributos:

  1. Hay una mayor deserción de empleados. El 20% de los empleados han dejado un trabajo debido a su cultura. Reemplazar a un empleado puede costar a las empresas hasta el doble de su salario anual.
  2. Una mala marca de empleador dificulta la atracción de talento. El 73% de las personas que buscan trabajo en EEUU se postulan para una empresa solo si su cultura corporativa se alinea con sus valores personales.
  3. Los empleados están desconectados y son menos productivos. Tres cuartas partes de los empleados menos comprometidos están buscando trabajo; esta pérdida de productividad cuesta a las empresas hasta un 18% del salario del empleado cada año. Casi la mitad de los empleados que experimentaron falta de civismo en el trabajo redujeron su esfuerzo y el tiempo que dedicaron al trabajo.
  4. Los costes más altos de atención médica perjudican las cuentas del empleador. Los empleados que ven su lugar de trabajo como injusto tienen entre un 35 % y un 55 % más de probabilidades de sufrir enfermedades graves. En 2008, los costes incrementales de atención de la salud de la mano de obra tóxica fueron de 16.000 millones en EEUU.
  5. El riesgo de daño a la reputación y responsabilidad legal es mayor. El 85% de los directores ejecutivos y directores financieros creen que una cultura corporativa tóxica podría conducir a un comportamiento poco ético o ilegal.
  6. La baja integridad corporativa se asocia con un menor valor financiero.

Los investigadores del MIT Sloan han llegado a la conclusión de que la cultura corporativa es un predictor mucho más fiable del desgaste del empleado.

La moda de la Gran Renuncia parece haber remitido, pero la preocupación por la propagación de las culturas tóxicas persiste. El mes pasado, Forbes le dedico un amplio informe, y Emma Boyde le dedicaba el artículo “Help, I’m in a toxic workplace”, en el Financial Times. Hace solo unos días, Nandini Maharaj, ofrecía en Insider unos consejos para “procesar los sentimientos” que provoca un despido de un puesto de trabajo tóxico.

Así que haga memoria, contraste con lo que dicen los expertos y… ánimo.


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