A algunas empresas les preocupa que sus equipos no estén del todo preparados para esa transición emocional de regresar físicamente a la oficina, que le espera a una fuerza laboral que ya de por sí está al límite. Los trabajadores acuden a las evaluaciones de rendimiento, a las sesiones de lluvia de ideas o simplemente a la oficina, los días que toca “modo presencial” con todo tipo de aflicciones particulares, desde lo banal hasta lo abrumador. Los asuntos pequeños parecen grandes; los problemas grandes parecen colosales, y dado que es complicado obtener atención para cualquier tema relacionado con la salud mental, cada cual intenta solucionarlos por sí mismo.
Hace menos de un mes, el evento más guionizado del planeta, como es la entrega de estatuillas de Hollywood, se desvió de repente. Su pulcritud habitual fue sustituida por una emoción sin filtros: la extemporánea bofetada de uno de los artistas más conocidos de la industria cinematográfica a un compañero que se limitaba a leer lo escrito.
“Estamos actuando todos un poco a tientas, al no saber cuál es realmente el estado de bienestar de los demás”, señala una consultora de diversidad, equidad e inclusión al New York Times. “En cuanto acudes a un acto fuera de tu casa o de la oficina, los días que le corresponde ir a tu turno, descubres que la gente está distinta; que las personas están cansadas. Todos estamos un poco ansiosos”.
Una vida profesional, reflejo de la personal
Durante los últimos dos años, las personas han luchado para hacer su trabajo —ya sea en hospitales o restaurantes, en tiendas o escuelas— después de que el miedo y la incertidumbre, producto de la crisis de la covid, las convirtiese en un manojo de nervios. Para quienes tenían la posibilidad de trabajar desde casa, la vida profesional acababa siendo un reflejo de la personal: ciertamente trastornada. se respondía a los correos electrónicos desde el sofá, se hablaba con sus compañeros de equipo a través de Zoom y se modificaban sus horarios para adaptarse a esta nueva era de trabajo a distancia.
Ahora, el runrún incesante es que, finalizada oficiosamente la pandemia, no pocas empresas están tratando de restaurar el viejo statu quo. Algunas compañías están llamando a los trabajadores para que vuelvan a la oficina. Y a muchas otras les preocupa que sus equipos no estén preparados para la transición emocional que le espera a una fuerza laboral que ya está al límite.
De hecho, en un estudio de McKinsey con más de 2.900 participantes, una tercera parte de las personas que acaban de volver a la oficina afirman que su regreso ha afectado su salud mental de manera negativa.
Para algunos trabajadores, está la dificultad de abandonar los hábitos que se han creado en casa; para otros, está la perspectiva de enfrentarse a desaires, comentarios insensibles y a los clásicos grupos que se forman entre los empleados con gustos afines, y que son hostiles con el resto. Por ese motivo, muchos, sabiendo que han cambiado en los últimos dos años, no se sienten preparados para reencontrarse con sus equipos.
No se puede volver a meter el genio en la botella
Los supervisores se dan cuenta de que se les pide que ayuden a las personas a superar los retos personales, tengan o no la formación necesaria para hacerlo. Algunas empresas están tratando de abordar directamente los problemas de salud mental a los que puede enfrentarse su personal. De hecho, los programas de apoyo a los trabajadores, que proporcionan terapia gratuita, se han multiplicado por diez desde el comienzo de la pandemia.
Y no pocas empresas, siguiendo el ejemplo de grandes compañías como Banco Santander o Telefónica, han encuestado o están preguntando a sus trabajadores sobre las necesidades de estos en cuanto al regreso a la oficina, para elaborar un plan que de prioridad a la flexibilidad, lo que permita a muchas personas trabajar desde casa, si así lo prefieren.
Lo que preocupa a los especialistas en salud mental es que aquellas empresas que nunca se habían esforzado por ocuparse del bienestar emocional de su personal, sigan sin ser proactivas a la hora de ayudar a la gente a cuidarse; sobre todo porque los seguros laborales suelen ofrecer una cobertura de salud mental bastante deficiente. Algo que a buen seguro cambiará a partir de ahora.
Cuando se trabaja solo de forma remota
En Steelcase consideran que el modelo de trabajo híbrido puede ser la solución. Esta consultoría del espacio de trabajo anima a las compañías a emplearlo de la forma más eficiente posible. Pues el trabajo da distancia ha fomentado que muchos trabajadores desarrollen capacidades y habilidades muy útiles para sus respectivos puestos. Como por ejemplo la autonomía y la concentración.
Sin embargo, según Steelcase, la labor solo de forma remota también ha provocado que los empleados dejen de realizar tareas muy habituales antes de la pandemia. Como la comunicación en presentaciones orales o la colaboración.
Estas habilidades o capacidades que se pueden ver diezmadas por el trabajo solo de forma remota se pueden dividir en dos grupos, según su tipología: social o profesional.
En el ámbito social
Algunas de las capacidades que se pueden resentir si no se emplea de forma correcta el modelo híbrido son:
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- A priori, el teletrabajo puede parecer que fomenta una mejor conciliación familiar, ya que permite pasar más tiempo en casa. Sin embargo, esto puede ser un arma de doble filo, debido a que los empleados suelen alargar voluntariamente sus jornadas.
- La colaboración es otra de las cualidades que se ha visto reducida con el teletrabajo. La soledad del teletrabajo es uno de los mayores inconvenientes.
- La motivación suele ser más sencilla encontrarla cuando hay compañeros de trabajo alrededor. Con el trabajo en remoto todo se reduce a la automotivación.
- El entorno laboral es muy positivo para la organización del tiempo del empleado, algo que habitualmente suele empeorar durante las jornadas a distancia.
En el ámbito profesional
En cuanto al ámbito más técnico o profesional, las habilidades o capacidades que se pueden ver mermadas con el trabajo en remoto son:
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- La creatividad es una capacidad que se incrementa con el trabajo en equipo, por este motivo con el teletrabajo suele ser más complicado generar grandes ideas.
- El formato online fomenta la independencia profesional, una cualidad muy positiva para cualquier puesto de trabajo. Sin embargo, también elimina algo tan positivo como el contacto entre compañeros y la cultura empresarial.
- Los equipos de trabajo han perdido fuelle debido a la mencionada independencia, el aprendizaje en equipo ya no es tan eficiente como antaño.
- La comunicación es otro aspecto que se ha visto resentido. La comunicación digital ha ganado mucho peso, y ha llevado a que las presentaciones presenciales brillen por su ausencia, lo que ha provocado una importante pérdida de oratoria entre los trabajadores.
- Por último, la resolución de problemas no es tan eficaz como de forma presencial, ya que la inmediatez es menor.
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