Un de los errores más habituales en las dinámicas de design thinking es confundir el reto con el desafío de diseño y sin este punto de partida claro para todos los participantes la sesión empieza sin rumbo. «Es vital conocer la diferencia y entender los matices de ambos conceptos para poder gestionar correctamente las expectativas del equipo, del sponsor del proyecto y de los stakeholders o grupos de interés del mismo», explica «El actionbook de designpedia». Se trata de un breve manual de acción editado por Lid que recoge ideas y ejercicios que ayudan al facilitador a dinamizar equipos y exprimir todo el potencial individual y colectivo en este tipo de sesiones.
QUÉ ES UN RETO Y QUÉ UN DESAFÍO
- Un reto es un problema muy genérico.
- No hay foco, el arquetipo es muy abierto.
- Es una pregunta abierta.
- Por ejemplo: ¿Cómo podríamos crear una ciudad más sostenible?
- Generalmente los retos generan soluciones que no aportan valor o que son ambiguas en su puesta en marcha
- Un desafío de diseño es un problema.
- El problema planteado está más definido y acotado.
- Suele haber foco en un tipo de arquetipo.
- Por ejemplo: ¿Cómo podríamos reducir el desperdicio de los restaurantes en zonas turísticas?
- Genera soluciones que aportan valor porque están enfocadas en la «construcción» de algo interesante y diferente.
«Ambos se relacionan con la necesidad de modificar nuestros modelos de actuación como ciudadanos, si bien el primero surge de una necesidad u oportunidad genérica, tal y como arrancan la mayoría de nuestros pensamientos, y el segundo establece una necesidad u oportunidad acotada de algo que debería ser resuelto, un lugar donde podríamos generar impacto», recoge la guía. Cuando nos vemos ante un reto automáticamente nos ponemos en modo ideación para crear soluciones («o hacemos un repaso muy breve con una leve caracterización del usuario tipo», en términos de design thinking), y eso nos impide entrar en el modo creativo que nos exigen los desafíos. Es ahí donde reside una parte del valor de un proceso de design thinking, porque para que se desarrolle con foco y sea exitoso ha de iniciarse ayudando a los equipos a recorrer el camino desde el reto inicial hasta la buena definición de un desafío de diseño, porque con ello ya tendremos la mayor parte de la solución de impacto ganada y estaremos en condiciones de generar soluciones creativas y resolver nuestro problema u oportunidad de negocio.
IDENTIFICACIÓN DE OPORTUNIDADES Y DINÁMICAS CREATIVAS
Según lo concreto o lo tangible que sea el problema u oportunidad, el facilitador podrá orientar al grupo a utilizar uno de estos dos tipos de dinámicas:
- Identificación de oportunidades: si lo que tenemos entre manos es un reto con una amplitud tal que debe ser diseccionado en varios desafíos de diseño, desembocando en diferentes procesos de resolución.
- Dinámicas creativas: si lo que tenemos es un desafío de diseño concreto que puede ser accionado a través de la búsqueda de soluciones.
«Ambas opciones pueden ser desarrolladas de forma autónoma como reuniones efectivas de trabajo o ser parte de un proyecto mayor donde la investigación y el testeo nos ayuden a alcanzar con mayor seguridad nuestros objetivos», finalizan los autores del libro, Juan Gasca y Rafael Zaragoza.
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