Esta discurso de Al Pacino, que hace el papel de entrenador de un equipo de fútbol americano en la película Un domingo cualquiera , a sus jugadores en el vestuario para motivarlos y que levanten el partido ha calado tanto que muchos homólogos de distintas disciplinas deportivas se lo han puesto a sus pupilos antes de un partido decisivo.
No sé que decir en realidad. Tres minutos, para la mayor batalla de nuestras vidas profesionales. Todo se reduce a hoy. O, nos curamos, como equipo, o nos desmoronamos. Jugada a jugada, pulgada a pulgada hasta el final.