Asno le afeaba a Shrek que tenía tantas capas como una cebolla y que por eso le costaba tanto mostrarse como era. ¿Y si a los proyectos de transformación les pasa lo mismo? ¿Y si nos empeñamos en desplegarlos con capas y capas de procesos que sólo complican su arraigo efectivo? El formato hamburguesa también tiene capas pero solo tres: la de arriba, la de abajo y la de en medio, y sirve muy bien como símil para simplificar los qué, los por qué y los cómo de una estrategia de cambio.
“La hamburguesa del cambio” es un modelo creado por Anand Narasimhan, profesor de liderazgo en IMD, que aprovechando su intervención en la sesión “Orchestrating Winning Performance” en Singapur lo ideó para dar respuesta a las múltiples y reiteradas cuestiones en esta materia. Él mismo explica que “propone una hoja de ruta para que los líderes creen valor y den forma al futuro de sus organizaciones más allá de la transformación digital, ofreciendo conocimientos cruciales para la toma de decisiones estratégicas”.
La “hamburguesa del cambio” invita a definir qué cambio creará valor, articule cómo lo hará y cultive las capacidades de liderazgo necesarias.
- La base de la hamburguesa: el por qué o el catalizador. Los cimientos del modelo se apuntalan cuando se identifica al catalizador de la transformación. La pista puede venir dada, además de por los resultados de negocio, también por ejemplo desde preocupaciones que surjan en torno al desempeño y cómo reorientar las competencias para incrementar el valor añadido. Es muy importante ser conscientes de que el catalizador ha de estar anclado siempre a la búsqueda de valor para la organización: mejora de la eficiencia, reducción de costes, reinversión para crecer…
- La “chicha” de la hamburguesa: el qué o la misión. Ninguna empresa tiene recursos suficientes para implementar todos los cambios a la vez. Incluso la más grande y con más recursos humanos económicos necesita de una estrategia que decline en el tiempo las acciones y las inversiones a dar. Para elegir el escalado que queremos darle a nuestro proceso de transformación hay que explorar diversas misiones o opciones estratégicas: el enfoque en el cliente, la innovación, la presencia global, la agilidad, la sostenibilidad… sabiendo que cada una representa un camino único para crear valor organizacional que, eso sí, ha de desplegarse en coherencia con el resto.
- La tapa de la hamburguesa: el cómo o las capacidades. Todo proceso de cambio implica actualizar las competencias de al menos una parte de los empleados si no de todos ellos. Por ello, el cambio no se entiende sin una estrategia de RR.HH. que potencie las capacidades o personas necesarias para llevar a cabo las misiones elegidas.
¡No te equivoques de hamburguesa!
- La hamburguesa abierta: si viene con el qué a la vista puede ser golosa ante los ojos pero no sabrá igual que una hamburguesa con sus dos panes porque no tendrá el por qué.
- La hamburguesa vacía: si tiene sólo las dos capas de pan le faltará sabor inconfundible de una misión propia e intransferible.
- La hamburguesa equivocada: si te sirven la hamburguesa que no es es que estás perdido en la hamburguesa equivocada.
- La hamburguesa sobrecargada: si te has pasado con los «toppins» de tu hamburguesa y el sabor no te convence es que no estás seguro de su qué.
- La hamburguesa sin fondo: si te llega sin el pan de abajo no tendrá consistencia, le falta liderazgo.
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