Los sistemas de medición promueven la autogestión y el autoconocimiento

Jaime Rodríguez30 mayo 20225min

por Joan Pons, CEO de Workmeter.

Lo que está claro es que lo que no se mide no se puede mejorar. De la misma forma que ahora resulta difícil ver a un runner, de esos que trotan por las calles de cualquier ciudad, desprovisto de su reloj o teléfono inteligente para informarle de sus pulsaciones, velocidad, distancia recorrida o calorías consumidas durante su carrera, los nuevos trabajadores digitales también necesitan de una app laboral que les ayude a autogestionarse y a ser mejores atletas en ese desafío diario y apasionante que es su propio trabajo.

Los últimos tres años han sido un periodo de profundos cambios en el entorno laboral español. Por un lado, en 2019 la entrada en vigor del Real Decreto-ley 8/2019, de 8 de marzo, hizo, entre otras medidas, que por ley fuera obligatorio para las empresas llevaran un registro horario de la jornada de sus trabajadores. Una medida con la que los reguladores pretendían evitar el abuso de las horas extra no remuneradas y otras prácticas que podían provocar precariedad laboral.

Un año después, también en un mes de marzo, otro acontecimiento mucho más dramático sacudió al planeta entero. Y aunque la Covid parecía inicialmente un problema únicamente de carácter sanitario, acabó teniendo también unos efectos colaterales muy poderosos en el mundo del trabajo.

Uno de ellos fue el desembarco masivo y abrupto del teletrabajo en todo tipo de empresas y sectores. Un cambio de modelo que, lejos de ser transitorio, todo indica que ha llegado para quedarse, si no total, sí parcialmente, en las empresas de todo el mundo.

Aliados para hacer mejor su trabajo

Estos cambios han hecho que durante todo ese periodo de transformación de las relaciones laborales hayan proliferado en España los sistemas de registro horario y medición de productividad. Estos sistemas no solo están permitiendo a las compañías a cumplir con la Ley en materia de registro horario, sino que están ayudando a los propios trabajadores a ser más productivos y a crecer como profesionales.

Sí, a los profesionales. Porque, aunque algunos aún recelan de estos sistemas porque piensan que son meras herramientas de control diseñadas por las empresas para ‘vigilarlos’, esa impresión cambia radicalmente cuando comienzan a trabajar con ellas. Es entonces cuando se dan cuenta de todo su potencial cómo aliadas para hacer su trabajo más productivo y eficiente. En suma, para hacerles la vida más fácil.

Y es que, lejos de cortarles las alas, las herramientas de medición proporcionan al trabajador una valiosa información acerca de su propio rendimiento. Datos acerca de a qué tipo de tareas dedica más tiempo, qué aplicaciones usa más, qué porcentaje de su jornada consume en reuniones o llamadas o en qué procesos es más o menos eficiente. Una información en tiempo real y servida en dosis diarias que le proporcionará valiosas pistas de cara a potenciar aquellos comportamientos que le den mejores resultados, corregir aquellos otros que necesiten puntos de mejora y cambiar sus rutinas en busca de una cada vez mejor versión de sí mismo.

Aprender, descubriendo por uno/a mismo/a

Esta inmersión no solo en los ‘cuántos’ de su propio rendimiento, sino, sobre todo, en los ‘cómos’ le permitirá alcanzar unos niveles de autoconocimiento que le sería muy difícil lograr con los sistemas de feedback y evaluación por terceros convencionales. O que, en todo caso, le servirán para completarlos y contrastarlos. Ningún aprendizaje provoca más cambios en una persona que aquel que descubre por sí misma. Y esto es exactamente lo que hacen los sistemas de medición: facilitan al profesional auto descubrirse como trabajador, al tiempo que le desafían a superarse.

¿Que la empresa también tiene acceso a esa información? Por supuesto. También la necesita. Porque solamente así podrá, de la mano de sus trabajadores, introducir mejoras que redunden en el beneficio de todos.

Afrontémoslo. El oscurantismo que durante demasiado tiempo ha presidido los hábitos laborales no beneficia a nadie, ni a empresas, ni a trabajadores. Únicamente provoca desconfianza, desmotivación y resultados discretos, cuando no, directamente, malos. En ese sentido, los sistemas de medición no solo aportan transparencia a los procesos y la manera en que trabajadores, equipos y empresas abordan su día a día, sino que son un trampolín para el crecimiento de cualquier profesional.

Imagen: 123RF


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