Comercio y el turismo no sólo siguen siendo los sectores peor remunerados en España sino que sobre ellos se está cebando el estancamiento del poder adquisitivo fruto de la crisis actual. Así lo revela la decimoquinta edición del informe “Evolución Salarial 2007-2021”, presentado por ICSA Grupo y EADA Business School en un acto en el que el Dr. Jordi Assens, profesor de esta escuela, ha asegurado que además de la afectación del rebrote inflacionario en los salarios, “todos los indicadores nos muestran que España está siendo uno de los países que peor está saliendo de la crisis generada por el COVID. Seguimos estando en la cola en cuanto se refiere al % del PIB dedicado a la innovación, algo que afecta a la productividad y, por tanto, a los salarios”.
Los resultados del informe se han obtenido a partir de datos salariales de más de 80.000 empleados por cuenta ajena en España, y revelan que el salario medio bruto de los empleados españoles se situó en 2021 en 23.400 euros, el de los mandos intermedios en 42.247 y el de los directivos en 82.719, lo que representa un descenso de un 0,56, un 1,88 y un 4,10%, respectivamente comparado con 2020. La inflación interanual registrada hasta julio llegó al 2,9% pero desde entonces ha crecido un 4.7%, hasta diciembre. El estancamiento en el poder adquisitivo aleja a España de los países que están a la cabeza de la subidas.
El sector financiero, afectado por una reestructuración global, hace ya dos años que ha cedido el liderazgo de los sueldos al sector industrial. El comercio y el turismo, están siendo, sin duda los sectores más claramente afectado por la pandemia, y se sitúan, un año más, como los peor remunerados de nuestro país. Madrid arrebata la primera posición a Navarra y lidera los sueldos de los empleados una retribución media de 24.942, seguida de Navarra con 24.852 y Cataluña con 24.564. Extremadura se mantiene en la última posición.
En la presentación del informe, Ernesto Poveda, presidente de ICSA Grupo ha asegurado que “el crecimiento desorbitado del IPC está trastocando el modelo retributivo, todavía excesivamente sujeto al sueldo fijo indexado al IPC. Tenemos una oportunidad única de repensar y plantear de una vez por todas, un modelo de retribución más flexible y sostenible, incorporando conceptos que antes de la aparición de la pandemia no estaban siendo contemplados, tales como la conciliación, la mayor flexibilidad o el teletrabajo. Se tienen que generar nuevas formas de compensación que se alineen mejor con la sostenibilidad de la organización y la retención del talento”.
