En este estudio, sobre la cultura y efectividad del Consejo de Administración y el comportamiento de sus miembros, han participado 750 consejeros de grandes compañías cotizadas de todo el mundo, entre ellas españolas. Los datos de esta investigación reflejan la existencia de un grupo de consejos que se diferencian del resto por ser altamente efectivos en su actuación, a los que califica como Consejos de Medalla de Oro por su mejor desempeño.
La gestión del tiempo en los Consejos Medallas de Oro
Un consejero dedica a su labor una media de 200 horas al año, sin incluir los viajes. Sin embargo, los consejeros altamente operativos dedican las mismas horas otorgando prioridad a temas vinculados a la estrategia y priorizando sobre el largo plazo, invirtiendo así más tiempo en actividades de creación de valor de futuro como la planificación estratégica, la supervisión de las operaciones de fusión y adquisición y la sucesión del primer ejecutivo.
Los consejeros de los considerados “Consejos Melladas de Oro” dedican su tiempo a la revisión de los riesgos empresariales, renovación del consejo, planificación de la gestión de crisis y, en menor medida, a revisar los estados financieros, el compliance y la auditoría.
“Un consejo bien gestionado tiende a centrarse en la supervisión de la estrategia de la compañía, estar en los procesos de sucesión del presidente y del consejero delegado, así como en la renovación del propio consejo de administración. Esto les diferencia del resto de consejos donde se suele dedicar demasiado tiempo a cuestiones operativas que no son estratégicas” señala Ramón Gómez de Olea, country manager de Russell Reynolds España.
El Presidente del Consejo marca la pauta
Aunque todos los consejeros pueden contribuir notablemente al éxito de este órgano, el Presidente del Consejo debe tener un conjunto responsabilidades, tanto en el tono que determina como los recursos que utiliza.
Los presidentes de los “Consejos Medallas de Oro” lideran de manera diferente, demostrando un comportamiento que fomenta y facilita los debates de mayor calidad. El presidente juega un rol importante para hacer que el órgano sea altamente eficiente, fomentando la independencia de criterio y centrando la atención de la reunión en asuntos relevantes, facilitando que sean de elevada calidad y buscando distintos puntos de vista.
La clave está en los comportamientos diferenciales
El estudio de Russell Reynolds destaca también la importancia de contar con consejeros efectivos. Su comportamiento es fundamental para que contribuyan de manera significativa a que el consejo sea altamente eficiente, de ahí que los vocales necesiten las habilidades y experiencias adecuadas en base a la estrategia de la empresa, la complejidad organizativa y de la industria o sector.
La independencia de criterio es uno de los comportamientos diferenciales clave. Los miembros de los consejos altamente efectivos tienen una mentalidad abierta y evitan el pensamiento de grupo. Escuchan distintos puntos de vista y opiniones opuestas para llegar a un terreno común y encontrar una solución viable. Según Gómez de Olea, “es importante que aporte una dinámica de interacción y ejerza comportamientos que hagan eficaz al consejo. Este comportamiento diferencial podría ser una nueva característica a tener en cuenta en la selección de futuros candidatos en la evaluación de los que ya son consejeros”.