Planes de inversión: el futuro de la retribución flexible

Una costumbre cada vez más arraigada entre grandes empresas o cotizadas es el reparto de acciones entre los empleados. Compañías como Apple o Microsoft suelen hacerlo cuando un nuevo trabajador aterriza, pero también cuando hay que gratificar con bonus extraordinarios o, simplemente, como parte del paquete de salarial previamente pactado. En este sentido, los planes de inversión son un paso más dentro de la retribución flexible. Y empiezan a ser tendencia.

Para empezar, hay que diferenciar entre acciones y planes de inversión articulados desde la compañía.

En la primera opción, los empleados pueden disponer de títulos de la empresa en propiedad, bien sea como parte del paquete retributivo, como bonus o como opciones preferenciales sobre acciones. Todo esto está recogido en el artículo 43 del Reglamento del IRPF.

Aquí se especifica que «está exenta del IRPF la entrega a los trabajadores en activo, de forma gratuita o por precio inferior al normal de mercado, de acciones o participaciones de la propia empresa o de otras de grupo de sociedades, en la parte que no exceda, para el conjunto de las entregadas a cada trabajador, de 12.000 euros anuales, siempre que la oferta se realice en las mismas condiciones para todos los trabajadores de la empresa, grupo o subgrupos de empresa».

Es decir, que si bien la actual legislación española contempla la retribución mediante paquetes accionariales, su tributación está exenta hasta los 12.000 euros. Esto explica que la mayoría de las veces que se utiliza este mecanismo retributivo sea a modo de bonus o parte minoritaria del salario, precisamente para no sobrepasar ese límite.

¿Quieres aumentar el compromiso de tu plantilla y su sentido de pertenencia en la empresa? Nada más eficaz que la participación accionarial. Con ella, se logra incrementar la productividad de los empleados compartiendo los éxitos comunes. Además, facilita otra forma de ahorrar a través de este beneficio.

Planes de inversión, una alternativa para un mercado en ciernes

Y precisamente el ahorro es la base de los planes de inversión. En 2022, se llegó a la cifra de 16 millones de partícipes en fondos de inversión, lo que según la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensión (Inverco) se traduciría en una cifra de entre cinco y ocho millones de ciudadanos. Es decir, que se han multiplicado por cuatro los propietarios de fondos en una década. El importe medio destinado a estos vehículos financieros ronda ahora los 25.000 euros.

Este crecimiento parece indicar un interés cada vez mayor por este tipo de productos financieros. También entre la plantilla. Por eso, una alternativa a los paquetes accionariales (o a los planes de pensiones tutelados por la empresa) son los planes de inversión, en los que una parte de la masa salarial se destina a las operaciones de inversión de la propia compañía.

A priori, se trata de algo todavía más arriesgado que repartir acciones de la propia compañía. Sin embargo, en realidad el empleado está invirtiendo en los mismos productos que la empresa; es decir, que ‘apuesta’ esas acciones al mismo color que la organización. Esto se traduce en un refuerzo aún mayor del sentimiento de pertenencia del empleado, al tiempo que facilita la flexibilización salarial de la compañía.