Por Fabrice Coutadeur – Product Management Director HCM de Cegid en Iberia, Latam y África- La reciente reforma laboral en España, en vigor desde el año pasado, ha marcado un hito en la regulación del mercado de trabajo, especialmente en lo que respecta a la contratación temporal. Precisamente, el propósito de esta nueva reforma ha sido abordar el uso excesivo de contratos temporales, promover la estabilidad laboral a través de la contratación indefinida y mejorar la calidad del empleo en nuestro país.
Y es que, durante años, el mercado laboral español ha estado caracterizado por una alta tasa de contratos temporales, a menudo usados de manera abusiva. Esta situación ha generado inestabilidad laboral y precariedad entre los trabajadores, afectando negativamente a la productividad y la competitividad de la economía.
Por eso, la reforma laboral introduce cambios significativos en el régimen de contratación temporal. Estos incluyen la reducción de los tipos de contratos temporales disponibles, el incremento de los requisitos para su utilización y la penalización del abuso de esta modalidad contractual. Paralelamente, fomenta la contratación indefinida mediante la reducción de costes para las empresas y la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores.
Actualización del contrato fijo discontinuo
En este sentido, uno de los aspectos más novedosos de esta reforma laboral es potenciar el contrato fijo discontinuo como herramienta de lucha contra la temporalidad. Este tipo de contrato, pensado para trabajos estacionales, de temporada o intermitentes, refuerza los deberes de información de la empresa a los trabajadores y a la Representación Legal de los Trabajadores, y ofrece mayor protección a los trabajadores.
En primer lugar, los empleados con contratos fijos discontinuos tienen la consideración de colectivo prioritario para el acceso a iniciativas de formación del sistema de formación profesional durante los períodos de inactividad, y se les reconocen los derechos de conciliación, de antigüedad y de protección ante la falta de llamamiento.
En cuanto a las organizaciones, la ampliación de los supuestos en los que se puede utilizar el contrato fijo discontinuo es una de las principales novedades. Por ejemplo, este cambio permite a las empresas aplicar este tipo de contrato en una variedad de actividades que experimentan demandas irregulares, como el turismo, la agricultura o la construcción. Esto brinda a las organizaciones la flexibilidad necesaria para ajustar sus plantillas a las cambiantes necesidades del mercado.
Además, la reforma laboral ofrece incentivos a las empresas que contratan trabajadores fijos discontinuos. Estos incentivos, como la reducción de las cotizaciones sociales, pueden ayudar a las organizaciones a reducir sus costes laborales y fomentar la contratación de trabajadores fijos discontinuos, lo que es beneficioso tanto para las empresas como para los empleados.
Sin embargo, a pesar de las ventajas que ofrece la reforma, las organizaciones también se enfrentan a desafíos significativos. La adaptación de las plantillas a la demanda cambiante del mercado, el aumento de los costes laborales asociados a los derechos mejorados de los trabajadores con contratos fijos discontinuos y la complejidad de la gestión de los contratos fijos discontinuos, son algunos de ellos.
¿Qué rol juega la tecnología en cambios legislativos como este?
Ante este nuevo panorama laboral, la tecnología emerge como una solución para una adaptación exitosa a esta reforma. Al utilizar soluciones de software avanzadas, las empresas pueden optimizar la planificación anual de las incorporaciones de trabajadores fijos discontinuos, gestionar notificaciones y bajas a la TGSS de manera eficiente y cumplir con los plazos de preaviso o llamamiento estipulados en la reforma laboral. Esto no solo ahorra tiempo y recursos, sino que también reduce el riesgo de multas y sanciones por parte de la Inspección de Trabajo.
Además, estas soluciones permiten a las empresas llevar un registro preciso de las horas trabajadas y garantizar que los empleados reciban los beneficios a los que tienen derecho. Esto contribuye a la satisfacción y compromiso de los trabajadores, lo que a su vez mejora la productividad y los resultados empresariales.
En definitiva, desde su concepción, el espíritu de la reforma laboral ha sido mejorar el mercado laboral español, aunque es cierto que se enfrenta a importantes desafíos, especialmente en lo que respecta a la contratación temporal y la gestión de los contratos fijos discontinuos. Afortunadamente, la aplicación de la tecnología y la digitalización de procesos pueden facilitar su implementación y ayudar a configurar un futuro laboral más estable y productivo en España.
