Transforma las provocaciones en energía positiva

Maite Sáenz14 febrero 20133min

 

¿Quién no se ha sentido alguna vez decepcionado, enojado, perplejo, traicionado y menospreciado ante una situación que se le antoja injusta? La interpretamos como una provocación porque, con razón o sin ella, la ausencia de una causa objetiva para tal situación nos justifica. La provocación puede estar en un jefe que se apropia de una idea nuestra, en una empresa de la competencia poco amiga del fair play o en un amigo que traiciona nuestra confianza. En todos los casos es una provocación percibida, quizá con un trasfondo de realidad inequívoco o quizá con matices, pero lo cierto es que somos nosotros quienes la interpretamos así, cargándolos al hacerlo de una inevitable energía negativa por puro instinto de supervivencia. Nos sentimos amenazados y reaccionamos poniéndonos a la defensiva o pasando directamente al ataque.

Maite Sáenz,
Directora de Observatorio de Recursos Humanos y RR.LL. y de Focus ORH+.

 

Las irrefutables leyes de la física nos dicen que la energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Y lo hace para poder ser eficiente según el estado en el que se use.  Con las emociones pasa lo mismo, siempre las tenemos, siempre están ahí, no hay momentos on y momentos off. Son el continuo de dos polos, uno positivo y otro negativo, entre los que hacemos oscilar nuestra energía vital. Estos ciclos energéticos se retroalimentan entre sí, de tal manera que si somos muy intensivos utilizando la energía “mala”, la de la ira, veremos cómo nos desgastamos mucho más que si hacemos uso de la energía “buena”, la del optimismo. Ésta actúa como un viejo jersey de lana: cuanto más te lo pones más cómodo estás con él.

Las más de las veces las provocaciones son la manifestación de una debilidad: la del jefe, que tiene miedo a la sombra de sus empleados; la de la competencia, que ve en ti una fortaleza de la que ella carece; la del amigo, que sucumbe a la tentación por encima de la lealtad. Analízalas antes de responder y transfórmalas, como la energía, para buscar en ellas el potencial que tienes. Te aseguro que así encontrarás la mejor respuesta, la que menos te va a desgastar, la que a largo plazo más rentable te va a ser y la que a corto, desde ya, más te va a reconfortar.

 

Las más de las veces las provocaciones son la manifestación de una debilidad en quienes las propician. Léelas entre líneas para descifrar la fortaleza que hay en ti.


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