En 2011 el mundo entró en la Human Age, la Era de las Personas y el Talento, y dos años después se confirma que el talento está reemplazando al capital como elemento diferenciador para la competitividad. El “talentismo” es ahora el valor impulsor para el éxito de una organización. De todo ello ha hablado ManpowerGroup en el Foro Económico Mundial, en el que ha presentado el estudio “Leading in the Human Age: Why An Era of Certain Uncertainty Requires New Approaches to the World of Work”. En él los diez principios básicos para alcanzar el liderazgo y seguir avanzando en la consecución de Human Age como única fuerza de posicionamiento frente a la competencia:
1. Crear una estrategia flexible capaz de adaptarse a la incertidumbre del entorno.
2. Alinear el desarrollo de los trabajadores con los objetivos del negocio.
3. Segmentar los mercados en función de sus similitudes y no geográficamente.
4. Utilizar la tecnología para impulsar el crecimiento y la productividad.
5. Desarrollar una jerarquización horizontal en las empresas.
6. Formar mandos intermedios que desempeñen un papel activo en el desarrollo y el
crecimiento de equipos y personas.
7. Fomentar la colaboración de los líderes para impulsar la productividad.
8. Capacitar a las personas para la función que probablemente tendrán en el futuro.
9. Llevar el trabajo donde esté el talento.
10. Usar el talentismo para dirigir la empresa.
«La globalización obliga a las organizaciones a buscar un elemento diferenciador para mantener y ampliar su cuota de mercado, y ese elemento es el talento –comenta al respecto Raúl Grijalba, presidente de ManpowerGroup en España-. Saber dónde encontrarlo, atraerlo, retenerlo y ser capaz de contribuir a su desarrollo para que den lo mejor de sí mismos es una necesidad hoy y, en poco tiempo, será lo que marque la diferencia entre el éxito y el fracaso. ¿Está su empresa preparado para afrontar este reto?»,