El puesto de community manager ha dejado de ser una moda para convertirse en una necesidad. En todos los ámbitos y sectores que necesiten gestionar su comunicación y redes. Tanto es así que hasta la reina de Inglaterra, Isabel II, puso en marcha un proceso de selección para reclutar un community manager por 63.500 euros al año y 33 días de vacaciones.
En España los sueldos no son tan elevados y suelen rondar en una horquilla de entre los 900 y los 1.500 euros al mes. Pero la demanda de este perfil sigue en alza y la estimación de la Unión Europea es que la tendencia continúe: en dos años, hasta 2020, se crearán más de 70.000 empleos relacionados con el marketing y la comunicación online.
Lorea Ikutza, consultora senior del área de Equipo y Personas de la consultora de transformación Watch & Act, considera la figura del community manager como un perfil esencial y cada vez más necesario para cualquier compañía. “Y sus funciones, desde el punto de vista operativo, son críticas dentro de la organización, pues el community manager es la voz de la empresa en redes sociales. En este sentido, debe darle un toque personal y humano al perfil en redes y huir, en todo lo posible, de arquetipos artificiales. Debe responder a las preguntas y comentarios de manera instantánea con el objetivo de fidelizar y captar clientes potenciales para la compañía y mantener a los que ya tiene. De ahí que nunca deba imponer sus opiniones o estado de ánimo sobre la marca que representa”.
Ser la imagen de la compañía en redes sociales es una labor delicada y muy importante pues, cada vez más, los usuarios se informan a través del canal social y de las opiniones de otros. Saber gestionar tanto las críticas como los halagos y mostrar una marca transparente y de confianza es tarea del community manager. Pero no es lo único de lo que este perfil es responsable.
Lorea Ikutza identifica, además, otra serie de funciones:
• Generar y distribuir contenido de valor en las redes sociales con el objetivo de posicionar la marca y conectar con el target de la empresa. El reto en esta línea está en crear diálogo.
• Ser un vigilante social con el fin de escuchar lo que se dice de la marca en redes y obtener información concreta. Para ello se plantean cuestiones del tipo ‘¿De qué se habla?, ¿qué les interesa a los seguidores?, ¿quiénes son los influencers y qué esperan de la marca? Todos estos datos ayudarán a la empresa a mejorar su presencia en redes y a generar, si es su core, un aumento en sus ventas también en el canal online.
• Automatización constante. El community manager estudiará y probará todo tipo de herramientas que le permitan, de forma ágil y optimizada, todas sus campañas.
• Hacer crecer la comunidad. Cuando todo lo anterior está bien estructurado generalmente se obtiene un crecimiento orgánico y ‘sano’ de la comunidad.
• Lleva a cabo la estrategia establecida por el social media manager.