Cuando hablamos en el coaching sobre las creencias limitadoras casi siempre nos referimos al coachee o cliente. Las creencias limitadoras son prejuicios, actitudes que damos por supuesto pero que no lo son, del tipo “yo ya no puedo cambiar porque tengo una edad”, “yo querría pero no puedo cambiar porque no sé cómo hacerlo”, “con mis estudios no puedo pensar en conseguir un puesto de trabajo motivador”. ¿Por qué decimos que son limitadoras? Porque nos impiden iniciar nuevos proyectos, cambiar nuestro comportamiento, tener expectativas, etc. y el coach, a lo largo del proceso de coaching, ha de poner de manifiesto que esa creencia, ese supuesto, carece de base y lo único que consigue es paralizarnos y no buscar activamente nuestro desarrollo.
Pero estas líneas pretenden hablar de otro asunto también relevante para el proceso de coaching: ¿Tienen los coach creencias limitadoras que pueden bloquear o dificultar el proceso de cambio del coachee? Veamos algunas de ellas.
José Luis Rodríguez, Socio Director de BLC Coaching&Mentoring.