El sistema de innovación español tiene factores positivos pero también muestra partes incompletas y una alarmante tendencia al deterioro. ¿Cuáles son los motivos?
Según el informe ‘2033: Compitiendo en innovación’, los principales obstáculos son:
- Papel ineficiente de las administraciones en las políticas de apoyo a la I+D+i, por el marco institucional existente, el desenfoque de la inversión y un despliegue operacional ineficiente.
- Desconexión entre las necesidades actuales de talento en las empresas y en la administración y la formación básica que se ofrece, tanto universitaria como directiva.
- Escasez de capital local inteligente y escasa cultura de los mercados financieros españoles para financiar la innovación.
- Poca dedicación de recursos financieros y humanos para la innovación en las empresas, por causas diversas.
- Infraestructura científico-tecnológica del sistema público de I+D no aprovechada por las empresas españolas.
El estudio, elaborado por Pwc, repasa ecosistemas innovadores eficaces que revelan el éxito de estos modelos. No es nada nuevo, es una conclusión lógica pero compleja de lograr. Es necesario contar con todos los elementos cualificados de un sistema de innovación para hacerlo sostenible, pero los caminos son diversos así como las palancas. Para ello el informe proporciona algunas recomendaciones que permitirán a España competir con los mejores en materia de innovación.
Como se describe, el estado debe desempeñar un papel más acertado y eficiente. No se trata solo de financiar, sino también potenciar mecanismos que faciliten las relaciones entre los agentes involucrados. También se tiene que generar un marco institucional y legal que pueda competir al menos a nivel europeo. Mecanismos que vinculen la universidad y la empresa, acceder a fuentes de capital con mayor músculo inversor, mejora de la innovación interna…
“En definitiva, se trata de desempeñar un rol activo en toda la cadena de valor, no sólo en términos de financiación sino en todo el proceso, en todas las posibles relaciones entre los agentes privados y públicos involucrados. De hecho, el desarrollo de internet, la biotecnología, la nanotecología o las tecnologías de energías sostenibles se consigue gracias a que el Estado, durante décadas, juega un papel dinamizador en todas las fases de la cadena de valor”, aseguran desde Pwc.