El seguimiento del rendimiento de los empleados aporta indicadores necesarios para aportarle solidez a la evaluación del desempeño. La proporcionalidad es una variable necesaria que convierte el mero control en una herramienta de gestión, y su explicabilidad es clave para que se integren en un modelo de dirección por objetivos claro para todas las partes. Elegir los indicadores necesarios a estos efectos es importante pero no suficiente, puesto que también es crítico seleccionar los oportunos de acuerdo con el contexto de la tarea y del rol del trabajador.
La elección de los indicadores para diseñar un cuadro de mando de productividad y eficacia en el desempeño de la tarea necesitan de un para qué que, a veces, es difícil no tanto de identificar como de explicar. La relación de 10 grupos de datos que hace Workmeter recoge los kpi’s básicos que podemos aplicar para conocer distintas dimensiones del rendimiento de los empleados, y cómo pueden ayudar a reorientar decisiones respecto a la organización del trabajo, la relación con el colaborador o el apoyo para su desarrollo profesional y su bienestar, entre otros:
- Tiempo de actividad efectiva: permite conocer el tiempo que activos en sus dispositivos y cuánto de este tiempo es actividad laboral o personal. Ayuda a identificar patrones de trabajo y ajustar el reparto de tareas entre personas y equipos.
- Eficiencia de las tareas: proporciona información sobre en qué tareas son más efectivos y en cuáles menos. Es útil para redimensionar equipos de trabajo, reasignar roles o invertir en recursos en caso de detectarse carencias.
- Productividad y calidad del trabajo: arroja datos sobre el tiempo activo que el empleado dedica a aplicaciones que son claves para su puesto de trabajo, pudiendo ver datos sobre su tasa de errores, su tiempo de respuesta, la calidad de los resultados, etc.
- Cumplimiento de plazos: permite saber la puntualidad de entrega de proyectos y tareas. Permite identificar posibles caídas de rendimiento individual, errores en la panificación del tiempo o deficiencias en el establecimiento de expectativas.
- Desempeño individual y colectivo: da una visión global del rendimiento y logros tanto individuales como colectivos, permitiendo ello diseñar planes de mejora cada persona y para los equipos, reconocimientos e incentivos de una manera informada.
- Estrés y fatiga: determina, a través de indicadores como la calidad y frecuencia de las pausas, los niveles de fatiga de los trabajadores, y, en su caso, establecer medidas como la desconexión digital automática del sistema a partir de un determinado número de horas trabajadas.
- Eficiencia de los proyectos: identificar el tiempo de trabajo que cada empleado destina a los diferentes proyectos en los que participa ofrece una valiosa información acerca de la rentabilidad de los mismos y ayuda, en su caso, a redimensionarlos.
- Participación en herramientas colaborativas: proporciona información acerca de su utilidad, niveles de feedback, grado de incidencia en los proyectos, así como de posibles carencias formativas sobre su uso dentro del equipo.uwe
- Teletrabajo vs. oficina: permite comparar la productividad en ambos modelos y diseñar políticas internas de atracción y fidelización del talento para cada grupo de profesionales..
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