Por Maite Sáenz, directora de ORH.- “Soy mi talento, no mi género”. Este podría ser un buen lema para trabajar, en serio, de verdad y sin sesgos, por la igualdad de género en el ámbito profesional. De hecho, me suena estupendo como slogan de la diversidad en su conjunto. Todos iguales, sin barreras que nos impidan llegar y sin alfombras que nos ayuden a conseguirlo.
No quiero que se me malinterprete. Las mujeres necesitamos que se acabe con las discriminaciones que nos dificultan el desarrollo de nuestra carrera laboral en las mismas condiciones que nuestros pares masculinos, pero no queremos -creo que somos muchas las que lo pensamos así- que se nos facilite el camino por ser quienes somos.
Las mujeres que hemos vivido épocas peores sabemos lo que cuesta llegar y somos conscientes de que la cultura de la discriminación no se erradica con otra discriminación, por mucho que se la etiquete de positiva, porque las leyes de la electricidad zanjan la cuestión rápidamente: todo polo positivo tiene su polo negativo… y ambos se atraen. La doble moraleja del magnetismo es contundente, por eso…
- No quiero que mi condición de mujer desmerezca mis méritos.
- No quiero que me enchufen por ser mujer.
- No quiero que me cedan el paso profesional por ser mujer.
- No quiero que me ayuden a ascender vía cuotas.
- No quiero que se me vea como si necesitara ayuda.
- No quiero que se me trate como si fuera de cristal.
- No quiero perjudicar a un hombre discriminándolo por ser tal.
Y de igual manera…
- No quiero que se me pague menos que a un hombre en igualdad de competencias, méritos y desempeño.
- No quiero que se penalicen mis deseos de ser madre con un parón en mi carrera profesional.
- No quiero que mi condición de mujer presuponga una debilidad para ejercer ciertos roles, actividades o puestos.
Lo que quiero se deduce positivando lo que no quiero. Simplemente eso. Esa es la verdadera reivindicación de la igualdad de género por la que me gustaría que se trabajara desde las instituciones, desde las organizaciones, desde las asociaciones y desde la sociedad civil, porque sinceramento creo que es la que suma y no resta y la que reconoce el esfuerzo y el mérito vengan de quien vengan.
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