Uno de los grandes retos a los que hacen frente las empresas en la actualidad es la escasez de talento. Faltan perfiles para cubrir determinadas vacantes y una de las posibles soluciones a este desafío es, sin duda, invertir en la formación de empleados.
Casi a diario se crean nuevas necesidades en las organizaciones y los profesionales deben disponer de una serie de habilidades y conocimientos que les permitan la consecución de objetivos de manera eficiente. Y es que los resultados de una empresa dependen de las decisiones de sus dirigentes, pero también del trabajo diario de su plantilla.
Por ese motivo, la formación y el aprendizaje continuo son una pieza fundamental del engranaje que hace funcionar a las compañías. Para que ellas puedan ser viables y rentables, sus trabajadores deben operar a pleno rendimiento.
En este sentido, la formación de las plantillas ayuda a aumentar el conocimiento técnico, las competencias y responsabilidades profesionales y también el orgullo de pertenencia a la compañía.
La empresa Hijos de Rivera ha elaborado un listado con las 5 tendencias clave que debe reunir la formación de empleados en la actualidad para que sea realmente útil. No hablamos de aspectos “deseables”, sino de elementos clave, imprescindibles, para dotar a los empleados de las herramientas necesarias para el desempeño de su trabajo.
Los 5 básicos de la formación de empleados
Fuente: Elaboración propia en base a los datos de Hijos de Rivera
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Formación transversal
La formación no debe limitarse a unas personas determinadas que necesitan desarrollar determinadas competencias estratégicas. La formación debe ser global y accesible a todos los empleados. Además, compartir conocimiento ayuda a multiplicar el talento de los profesionales, a diversificar sus actividades y a involucrarles más en el proyecto común de la compañía.
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Fomentar la cultura de la innovación
La innovación y la creatividad son claves para el desarrollo de las empresas. Contar con empleados disruptivos, con nuevas ideas y enfoques garantiza que las compañías estén en constante evolución y puedan marcar la diferencia con respecto a sus competidores. Por ello, es importante involucrar a toda la plantilla en la generación de ideas y formas de hacer las cosas para crear cierta cultura de la innovación. Esta actitud va más allá de simplemente cumplir unas tareas marcadas, ya que se centra en involucrar a todos los empleados en la búsqueda de nuevas oportunidades para la compañía.
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Formación bidireccional
La formación ya no puede ser vertical, de los puestos más altos hacia los más bajos. Cada empleado es único y tiene unos conocimientos y competencias que lo hacen especial. Así, los trabajadores deben tener la oportunidad de formar a otros miembros del equipo, reforzando la idea del mentoring –en la que cualquier empleado puede actuar como anfitrión de uno nuevo– y poniendo el foco en la escucha y el aprendizaje mutuo.
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Cocreación
Permite que la formación se adapte a las necesidades específicas de las compañías y las personas que la forman, estableciendo un proceso más participativo y eficaz porque, al participar en el proceso, los trabajadores se muestran más conscientes e implicados con el producto final. Por ese motivo, es importante prestar atención a los procesos de escucha interna y la inteligencia y acción colectivas para mejorar la realidad de la empresa y la resiliencia de las plantillas ante los contextos complejos.
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Promover valores como la responsabilidad social
Si la sostenibilidad y el impacto positivo son un reto común, la formación en este campo, también. Debe llegar a todos los empleados para que conozcan el problema y sus soluciones, y se animen a aplicarlas mejor en sus decisiones cotidianas.