El mercado laboral actual se ha vuelto enormemente frustrante, tanto para los candidatos como para las empresas. Hay tres síntomas claros que afectan al mercado laboral internacional: la IA destinada a mejorar la contratación, no ha funcionado tan bien como se esperaba; las empresas no encuentran los perfiles que buscan porque están diluidos en un mar de candidatos y todavía no se ha conseguido el match necesario entre inteligencia humana y artificial para optimizar resultados. ¿Le suena el diagnóstico?
Los encargados de selección de las empresas están desesperados. Aunque publique ofertas que combinen 30 aptitudes, habilidades y experiencias que pocas personas poseen en realidad, al día siguiente reciben centenares de aplicaciones al puesto. En el otro lado, las personas que buscan un empleo se frustran porque, aunque aplican todos los días a una media de siete u ocho vacantes, no obtienen respuesta.
Mientras, en EEUU en 2023 se publicaron más de 9 millones de ofertas de empleo una cifra que no se había alcanzado hasta ahora. Y gracias a los avances tecnológicos, nunca ha sido tan fácil solicitar un empleo. Sin embargo, cada vez se tiene más la sensación de que el proceso de búsqueda de empleo es una pesadilla kafkiana para todos los implicados. O al menos, eso es lo que se deduce de la situación del mercado, según publica la consultora Korn Ferry en su revista Briefings.
En España, un informe de Infojobs afirmaba que este portal publicó en 2023 2,5 millones de vacantes a las que respondieron 3,5 millones de personas, récord absoluto en términos de demanda en el histórico del portal de empleo.
Mientras, el 40% de los candidatos describen el proceso de búsqueda de empleo como larga y frustrante y se reconocen agotados las empresas han comprobado un nuevo freno: la tecnología ha hecho más accesible la oferta laboral pero estas nuevas herramientas automatizadas de selección rechazan a muchos candidatos sin explicación alguna. “Ningún m mercado está más roto que el laboral”, afirma Byron Auguste, presidente de Opportunity and Work, una organización sin ánimo de lucro que aspira a que las personas sin título universitario ocupen puestos bien remunerados.
Seleccionadores frustrados
Pero el lío no se limita a los demandantes de empleo. En una encuesta realizada en 2023, el 93% de los responsables de contratación afirmaron que no les resultaba fácil encontrar a los profesionales que necesitaban, especialmente a los más cualificados. Los despidos y las reorganizaciones han mermado las plantillas incluido la alta dirección, dejando a los que se quedan con demasiadas cosas que hacer. Las herramientas de IA que adoptaron con tanto entusiasmo para mejorar el proceso de selección de personal trabajan con datos sesgados que provocan que se rechacen con frecuencia a candidatos cualificados porque pertenecen a grupos infrarrepresentados. Sin duda, la clave está en que inteligencia humana y artificial trabajen de la mano. Pero, ¿Cuándo será posible hacerlo de forma eficiente?
Otra preocupación es que si hay tanta frustración ahora, en medio de una economía en crecimiento, ¿Qué pasará cuando la economía vaya inevitablemente peor?. Si hacemos una mirada retrospectiva, la realidad del mercado laboran ha cambiado mucho. Desde la década de los 70, en la que la mayoría de las empresas que buscaban candidatos lo hacían por referencia o publicando un anuncio en un periódico. O en los 90, cuando apareció Monster, la primera base de datos online de búsqueda de empleo y currículos del mundo, hasta llegar a nuestros días, cuando más del 90% de los candidatos buscan un empleo a través de Internet y el 40% de las empresas, utilizan herramientas basadas en IA para seleccionar currículos.
En la actualidad, las herramientas de IA permiten presentar candidaturas a través de portales de empleo o directamente a través del sistema de seguimiento de candidatos del empleador, o, si son tradicionalistas, por correo electrónico. Las herramientas de IA escanean los currículos en busca de palabras clave, e identifican y clasifican a los candidatos con experiencia en función de numerosas métricas.
El software puede organizar entrevistas, enviar notas de seguimiento, etc. Las empresas de algunos sectores presumen de que sus nuevos sistemas pueden recibir una solicitud de un candidato, ponerse en contacto con él, contratarlo y decirles cuándo y dónde tienen que presentarse… todo en un solo día.
En teoría, estas innovaciones tecnológicas deberían abaratar el proceso de contratación y hacerlo más eficiente y menos estresante para todos los implicados. Y sin embargo, hay un montón de personas pasando por experiencias frustrantes.
La tecnología puede tomar una serie de decisiones críticas durante cada paso del proceso de contratación:
- Optimiza el aspecto y el tono del anuncio de empleo.
- Recomienda en qué bolsas de trabajo colocar los anuncios.
- Lee los currículos y compara las aptitudes y experiencia con la descripción del puesto.
- Clasifica a los candidatos según su adecuación al puesto.
- Puede enviar automáticamente correos electrónicos a los potenciales «más adecuados» y cartas de rechazo a los demás.
- Programa entrevistas.
- El software de IA más sofisticado puede evaluar el lenguaje, los rasgos faciales y el tono en entrevistas de vídeo.
El efecto ghosting
En todo caso, las innovaciones del mercado en los últimos años han facilitado a las empresas rechazar candidatos. Evidentemente, una candidatura solo necesita una oferta para que la búsqueda tenga éxito. Pero hay un montón de rechazos por el camino. Según datos del gobierno estadounidense, las probabilidades de conseguir una entrevista después de solicitar un empleo son una el 22%. Si un candidato consigue llegar a la entrevista, la probabilidad de que le ofrezcan el puesto es del 36%.
Es por esto que la búsqueda de empleo se convierte en un empleo en sí mismo. Una persona en búsqueda activa puede llegar a dedicar una media de 11 horas a la semana para enviar hasta varios cientos de solicitudes, redactar currículos y establecer contactos. Pero la inmensa mayoría de sus solicitudes nunca son vistas por ojos humanos. El funcionamiento de los sistemas automatizados son un misterio y una gran frustración para muchos. La gran ventaja: que al menos pueden programarse para enviar una carta de rechazo de la candidatura. Y esto, al menos, es una respuesta. Según un estudio de 2018 realizado por Infojobs, al rededor del 60% de las personas que buscaban trabajo en nuestro país no recibían ningún tipo de respuesta de la mayor parte de las ofertas de empleo a las que habían aplicado. Este fenómeno, denominado ghosting, tiene un efecto devastador sobre el ánimo de los demandantes de empleo.
- Prolonga el proceso de contratación: Hace que el proceso de selección se alargue, lo que puede ser costoso para las empresas.
- Elimina la oportunidad de recibir retroalimentación: Cuando los candidatos desaparecen sin explicación, los responsables de la contratación no saben qué causó el ghosting, lo que dificulta mejorar el proceso
- Repercute negativamente en los buscadores de empleo: Puede afectar negativamente a los candidatos, especialmente si trabajan en un mercado especializado
En algún momento, la frustración en la la búsqueda de empleo tiene su origen en la del propio mercado laboral. Hace dos años, durante el apogeo de la Gran Dimisión, el mercado de trabajo cambió para permitir a los empleados de todo tipo para encontrar papeles de alta remuneración, a menudo con gran facilidad. Pero esa época ya pasó. El número de puestos vacantes, aunque sigue siendo históricamente alto, ha descendido más de un 30% en 2022, y el crecimiento salarial se ha ralentizado considerablemente. Además, en los últimos 18 meses se han producido cientos de miles de despidos en puestos directivos y de cuello blanco, a medida que las empresas reorientan sus plantillas hacia áreas que ofrecen un crecimiento más prometedor.
Además, tanto los solicitantes de empleo como los empleadores están preocupados por la IA. Está claro que la tecnología sustituirá muchos puestos de trabajo, pero aún no está claro cuáles. Los solicitantes de empleo están desesperados por encontrar un trabajo antes de que un robot lo haga por él. Los empresarios, por su parte, invierten miles de millones en incorporar la IA para remodelar sus operaciones de fabricación, finanzas y otras operaciones y hacerlas más eficientes y productivas. Hasta ahora, los resultados han sido, en el mejor de los casos, desiguales.
La esperanza, por supuesto, es que la dinámica combinadas con las mejoras en la tecnología de IA, contribuyan en gran medida a mejorar el proceso de contratación. Dan Kaplan, socio de Korn Ferry afirma: «muchas empresas sólo tienen una opción por ahora: ralentizar sus sistemas automatizados. Hay que volver a humanizar recursos humanos».