“Solo, se llega más rápido”, reza el aforismo oriental. “Pero si quieres llegar lejos, ve acompañado”. Esta sabia máxima, trasladada al mundo laboral, supone colaborar junto a otros en pos de una meta común. Lo cual, como asegura la consultoría McKinsey suena ideal. La pega es que la colaboración no siempre surge de manera natural. Puede requerir una mentalidad equitativa, que haga priorizar el grupo, el interés colectivo, sobre el individuo. Cuando se logra la colaboración, se fortalece y promueve la creatividad, la confianza y el crecimiento entre los equipos.
Y lo que es más importante: se ahorra, como mínimo, un 30% de tiempo si completan la labor en paralelo. O más, para quienes realizan muchas tareas a la vez, puesto que cambiar de una tarea a otra daña la productividad: nuestro cerebro está diseñado para funcionar mejor cuando se centra en una cosa. Un principio que se aplica a la colaboración entre profesionales. Las investigaciones muestran que las personas son más creativas cuando se concentran en una actividad la mayor parte del día y colaboran con una sola persona.
Mientras que los días fragmentados y frenéticos, llenos de actividades, reuniones y discusiones grupales, obstaculizan la creatividad. Tal vez no sea posible eliminar estas distracciones por completo, pero considere rediseñar las normas de trabajo para asignar y administrar el trabajo colaborativo de manera más cuidadosa.
Diáfana, creativa y deliberada
La colaboración se volvió cada vez más necesaria durante la pandemia; en gran parte, debido a las barreras inesperadas para las interacciones en persona. El distanciamiento físico y el cierre de oficinas significaron que muchos empleados ya no se juntaban en persona en la oficina. Y si bien algunos percibieron esta situación como un impedimento para la colaboración, era en realidad una oportunidad para pensar sobre por qué colaboramos e innovar sobre cómo lo hacemos.
A ver, por ejemplo: ¿Por qué es tan importante este concepto? La colaboración, especialmente a través de distancias físicas, brinda a los trabajadores digitales la oportunidad de crear mejores resultados, optimizar el impacto de su talento y disfrutar simplemente de lo divertido que puede ser trabajar y aprender de profesionales más brillantes.
O también: ¿Cómo podrían colaborar mejor los equipos? Los procedimientos específicos pueden depender del contexto, los objetivos y el conjunto de habilidades de los propios miembros del grupo. Hay elementos comunes que a menudo fluyen a través de cualquier colaboración exitosa, que ha de ser deliberada, diáfana y creativa.
Intencionalidad y colaboración eficiente
Muchos están familiarizados con el dicho trabaja duro, pero de forma inteligente. El equivalente en el terreno de la colaboración sería colabora lo necesario, pero de manera eficiente. La colaboración aumenta el valor agregado potencial de quienes reman en la misma barca, así como los conocimientos que puede obtener cada remero para resolver problemas desafiantes en cualquier situación. Incluso el más inteligente de los expertos debe saber cuándo comunicarse con otros para obtener una nueva perspectiva.
La voluntad deliberada de contactar con alguien, comprender que esa persona sabe y puede ayudarnos, e incluso anticipar cómo podría beneficiarnos directamente su conocimiento para resolver el problema en cuestión, es la clave para colaborar de una manera más eficiente. Debemos, dice McKinsey ser estratégicamente intencionados al identificar a los colaboradores contactados para ayudar a resolver un problema. Porque nos van a permitir trabajar de manera más inteligente y aumentar la productividad general del equipo.
Por supuesto, identificando colegas que sean complementarios al conjunto de habilidades de uno. Y con diversas perspectivas, lo que puede ayudar a encontrar soluciones multidimensionales a un problema y reducir la aparición de tareas redundantes.
Ojo: la intencionalidad sobre cuándo colaborar y a qué otros proyectos decir «no» ayuda a evitar la tensión de la sobrecarga de colaboración.
Transparencia y comentarios fluidos e instantáneos
La transparencia y la comunicación fluida –incluidos los comentarios, con vistas a la mejora constante– son fundamentales. Cada miembro del equipo puede beneficiarse de quien vislumbra antes la resolución del trabajo o el alcance del problema, y también de lo que otros están haciendo como parte del trabajo en equipo. Lo que mitiga el riesgo de duplicidad en las tareas, al tiempo que genera confianza.
La comunicación y la retroalimentación van de la mano con la transparencia. Porque los comentarios inmediatos o casi inmediatos, a medida que se sacan adelante tareas o se intentan resolver problemas, son una fuente de retroalimentación instantánea que permite a los equipos saber dónde están sus debilidades, cómo poder trabajar mejor juntos y si la comunicación es suficientemente fluida.
Tener acceso a comentarios instantáneos en lugar de un informe al final del proyecto, o al concluir el año, supone que este tipo de equipos tendrá más posibilidades de éxito; porque puede repetir el enfoque en cada nueva fase de un proyecto. Obtener y recibir comentarios de forma habitual crea un espacio para la comunicación sincera, y si se hace con respeto, generar confianza.
Colaboración creativa para fomentar equipos innovadores
Con esa confianza construida a través de la transparencia y la comunicación, solo falta fomentar que los equipos sean creativos. La colaboración creativa puede surgir cuando los equipos trabajan conjuntados para probar algo nuevo, pensar de forma alternativa, cometer errores y trabajar juntos para corregirlos, anotar ideas, repetir mejoras, ser divertidos, innovadores y experimentales… Incluso se puede lograr cuando hacen algo un tanto excéntrico o aterrador, midiendo siempre las consecuencias.
He aquí el desafío de McKinsey para este año: pensar en cómo colabora el líder y su equipo. Ser deliberados. Ser diáfanos y creativos. Se puede lograr un impacto positivo mejorando en la manera en la que trabaja el equipo. La experiencia en este terreno puede expandirse a otros o ayudar a profundizar un poco más. Se pueden descubrir nuevas formas de abordar las tareas y ver las cosas desde una perspectiva diferente. Y comenzar a innovar y descubrir nuevas y mejores vías para resolver problemas.
Pero sobre todo, es posible incluso que el equipo se divierta haciéndolo.
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