Las horas trabajadas no dejan de caer en España. Aunque en cifras absolutas se trabajaron más horas en 2023 que antes de la pandemia, el aumento de la población cotizando a la Seguridad Social implica una reducción del tiempo de jornada de hasta una hora en apenas tres años. Sólo entre 2022 y 2023 la caída ha sido de casi 30 minutos. ¿Cuáles son las implicaciones para la productividad?
El debate sobre la semana laboral de cuatro días y las reducciones de jornada es central en el enfoque de los modelos laborales del futuro. Las cifras, sin embargo, ya evidencian una reducción progresiva de las horas trabajadas, como destaca el Gabinete de Estudios de USO.
Así, en 2023 se registró la menor jornada del siglo, con media hora menos de trabajo semanal que 2022. Una tendencia que se observa desde hace tiempo.
Si se observa en el corto plazo, antes de la pandemia, en 2019, se trabajaron 8.518 millones de horas en España. Y aunque en 2023 se trabajaron más horas en términos absolutos (8.635 millones), lo hizo con 800.000 cotizantes más a la Seguridad Social. “Eso implica, por fuerza, que la jornada laboral media es de una hora menos por trabajador que por entonces (31,3 frente a 32,2)”, explican los impulsores del estudio.
La tendencia no es nueva, ya que estas cifras aun así implican 400.000 horas menos que en 2007 y 2008, antes de la crisis, de manera que la jornada media es hoy de 31,3 horas, 1,5 menos que por entonces. “Este promedio de horas semanales trabajadas (datos a 3T, desestacionalizados) es el más bajo de todo el siglo y supone 1 hora y media menos a la semana que cuando se dio el récord de ocupados, en 2007, con una media de 32,8 horas. Por entonces, hubo 40.000 personas ocupadas más que en el año que hemos dejado atrás, pero se trabajaron más de 9.054 millones de horas. Unos datos similares a los de 2008, cuando tanto las horas como los ocupados comienzan a bajar”, subrayan.
La cara ‘oculta’ de trabajar menos horas
Como destacan los expertos de USO, el hecho de que se trabajen menos horas en cómputos absolutos mientras se incrementa el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) puede extender la idea de que se gana más dinero, pero no es así. “De nada sirve que estemos hablando de subir el SMI si, al final, de media, se está haciendo algo menos del 80 % de la jornada completa legal y, por lo tanto, se percibe también el 80 % del salario”, argumenta Joaquín Pérez, secretario general de USO.
Más contratos y empleo en España
En todo caso, España vive un buen momento para el empleo, en parte gracias al esfuerzo que están haciendo las empresas para engrosar sus plantillas con nuevo talento. Entre los datos de contratación al cierre de ejercicio, recogidos por el Gabinete de Estudios de USO, también figura la cifra anual de contratos y su peso en el empleo.
En 2023 se firmaron 15,4 millones de contratos, aunque el crecimiento neto de afiliados a la Seguridad Social fue de algo más de medio millón de personas. “Esto supone que, para que la Seguridad Social suba 1 afiliado, hay que firmar 28,6 contratos”, subraya Pérez, quien apunta a que si 4 de cada 10 contratos que se firman son indefinidos, “si de verdad fueran indefinidos y no se destruyeran al poco tiempo, hablaríamos de un crecimiento de 5 millones de afiliados, y no de medio millón”.
Aún no se cierra la brecha de género
El informe de USO también destaca que la sociedad española está lejos de cerrar la brecha de género. De hecho, 7 de cada 10 contratos a jornada parcial son firmados por mujeres, mientras que el 61 % de los contratos indefinidos a tiempo completo son firmados por hombres.
Además, las mujeres suponen casi el 60 % de las personas en paro, “con una diferencia especialmente sangrante en el paro de larga duración”, explican. “A partir del año en paro, la mujer prácticamente duplica a los hombres en todos los tramos, incluido el último, con más de dos años en paro. Del total de mujeres paradas, un tercio lleva más de dos años, con lo que ha perdido incluso el derecho a la prestación”, subrayan, evidenciando que todavía hay muchas cosas que mejorar.