8 lecciones de la cultura maorí y del rugby neozelandés para los negocios

Mercedes Oriol Vico22 diciembre 20229min

Bajo el whakapapa -visión de la herencia maorí- y el kaitiakitanga -cuidar desde un valor espiritual-, la selección nacional de rugby de Nueva Zelanda expresa con su haka -tradicional danza maorí- intimidación, pero también respeto y hospitalidad hacia el adversario. ¿Quién no ha oído sus cánticos y movimientos guerreros en el inicio de los partidos? «Taringa wakarongo! [¡Escuchen cuidadosamente!] (Líder) Uhhhhh! (Grupo) Kia rite! [¡Prepárense!] (Líder) Uhhhhh! (Grupo) Kia Mau! [¡Firmes!] (Líder)». Y el grupo se pone en posición para el juego, cargado de adrenalina y con la fuerza del que va a ganar.

No en vano, los conocidos como All Blacks, son el equipo internacional masculino de rugby más laureado de todos los tiempos, con un porcentaje de victorias del 77,12 % desde 1903 hasta 2021.

El rugby en Nueva Zelanda se remonta a 1870 y fue un deporte que ayudó a unir a comunidades rurales, llegando a tener alrededor de 500 clubes de rugby y mantener este exitoso y legendario equipo.

A través de la entrevista que Guy Mullarkey, socio de McKinsey, realizó para el podcast Inside the Strategy Room, a Bill Osborne, presidente de la selección de rugby neozelandesa y jugador de los All Blacks entre 1975 y 1982, hemos extraído 8 aprendizajes de este deporte y de la cultura maorí, aplicables a los negocios. Kia rite!

1. Generar apego y pertenencia

Al vestir la camiseta de los All Blacks, todos los miembros de la selección sienten que forman parte de la herencia maorí -whakapapa- y creen firmemente en que ellos son cuidadores espirituales -kaitiakitanga- de la continuidad de los valores y las hazañas de quienes la usaron anteriormente.

Ese apego espiritual a la camiseta crea un propósito poderoso y eso se traduce en negocios. Todas las empresas con las que estoy asociado quieren dar a su gente un profundo sentido de propósito, porque esa es la forma más convincente de mantener a los empleados comprometidos”, Bill Osborne.

 

2. Sin cultura, no hay propósito que valga

Pero sin crear una cultura, no hay propósito que valga, y para implicar al equipo en la cultura, es necesario conocer las motivaciones culturales de los miembros del equipo y que las personas reconozcan quiénes son y qué representan también en la organización.

Solo así, se podrá entablar una conversación sobre la cultura organizacional necesaria para ejecutar los planes estratégicos”, Bill Osborne.

 

3. Mejores personas hacen mejores jugadores

El lema de la selección de Rugby de Nueva Zelanda es: “Mejores personas hacen mejores jugadores”. Se trata de un principio que no solo utilizan como guía para quienes empiezan, sino también para contagiar al resto del equipo.

Para construir cultura, se debe ejecutar la estrategia y se debe invertir en las personas, porque cuanto más capaces los haga, en mejores seres humanos se convertirán y mejor ejecutarán su estrategia”, Bill Osborne.

 

4. Reconexión, en épocas de cambio

Mantenerse en modelos tradicionales y seguros, con los que, en principio, ha ido todo bien, puede hacer que se pierda el contacto con la evolución y los cambios y que la organización pierda la noción de la realidad, alejándose de sus interlocutores. De ahí que todas las empresas del mundo estén repensando cómo conectar con sus plantillas, clientes y partes interesadas.

Estábamos tan seguros de nuestra base y conexión con las comunidades, que nos perdimos el hecho de que estas estaban cambiando rápidamente. Ahora tenemos que reconectarnos y estamos buscando conexiones digitales con una nueva generación”, Bill Osborne.

 

5. Escucha, confianza y experimentación

Uno de los puntos fuertes de la selección de rugby de Nueva Zelanda es su autenticidad. Una cualidad difícil de falsificar. Ser un buen oyente va más allá de oír, precisa de una escucha activa y honesta hacia la persona con la que nos comunicamos, que generará confianza y transparencia. Esa escucha y esa confianza son el caldo de cultivo perfecto para que los miembros del equipo se sientan libres y seguros para expresar nuevas ideas y para explorar y experimentar de manera positiva.

A veces, escuchar se convierte en un proceso de selección de lo que encaja con el propio pensamiento, pero las personas no siempre usan las palabras que quieren decir. Cuando la gente dice: “No me siento cómodo” o “No estoy seguro de eso”, no es que no te entiendan. Más bien, no respaldan lo que dices, pero no discutirán, por lo que debes profundizar”, Bill Osborne.

 

6. Piensa de manera diferente, con personas diferentes

Sin duda, la diversidad es enriquecedora, desde cualquier punto de vista. Nos permite pensar de manera diferente y compartir las perspectivas de otras personas diferentes a nosotros. Para lograr esa cultura común de la que hablábamos antes, es imprescindible que la construyamos con las múltiples culturas que forman parte de una organización, para lo que necesitamos comprender cada perspectiva.

Solo cuando se comprende lo que representa la gente y lo que valoran, se puede construir una cultura organizacional que pueda ejecutar la estrategia. Nos incumbe a todos escuchar esas ideas, y eso se remonta a esa habilidad de escuchar”, Bill Osborne.

 

7. La toma de decisiones de hoy para el partido del futuro

Los All Blacks salen al campo a ganar, pero a ganar con mana, que significa autoridad, respeto y dignidad. La intuición en la toma de decisiones de los líderes puede servir de comodín en momentos de tensión y volatilidad; sin embargo, pensar y tomar decisiones racionales -no solo para el presente, sino para el futuro-, con claridad y que recurran al propósito, es fundamental para lograr ganar un partido.

Cuando se debe tomar una decisión importante en el campo de rugby, los líderes se reúnen para conversar. Así es como debería funcionar también en los negocios: no debería depender de una sola persona, sino de un equipo de mentes diversas que analicen la situación y consideren el panorama general, las capacidades de la organización y las necesidades de las partes interesadas”, Bill Osborne.

 

8. El aire, el agua y la tierra

Para los maorís, los valores que conllevan las siglas ESG (Environmental, Social, and corporate Governance -gobierno ambiental, social y corporativo-) no les son extraños, puesto que llevan más de mil años reconociendo el valor del aire, el agua y la tierra, y viven por el respeto y el cuidado del medio ambiente y el bienestar de los seres vivos. Entienden que deben preocuparse de su responsabilidad social y medioambiental, comprendiendo la responsabilidad de su gobierno.

El concepto europeo es “somos dueños de la tierra”. La cosmovisión maorí dice: “No eres dueño de la tierra. Estás aquí solo por un corto tiempo; perteneces a la tierra”. En los negocios, pensamos en ESG como una idea moderna, pero hemos tenido esa responsabilidad desde siempre y solo ahora estamos lidiando con su importancia”, Bill Osborne.

 

Sus gritos siguen motivándoles, con orgullo, fuerza y unidad: «¡Déjame ser uno con la tierra! ¡Aquí retumba Nueva Zelanda! ¡Aquí retumba el Equipo de Negro [los All Blacks]! ¡Levanten la vista frente al miedo! ¡Levanten la vista frente al terror! ¡Hacia el cielo sobre nosotros! ¡Levántate ahora! ¡Levántate!».

 

Foto de Stefan Lehner en Unsplash


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