La frase que titula este artículo no es nuestra, por supuesto. Ni siquiera de los comics y posteriores películas de Spiderman. Se trata de un antiguo adagio, que hace alusión a la espada de Damocles. Y que nos viene pintiparado para referirnos a dos informes recientes, que hacen alusión al mismo tema: la mujer comienza a rechazar ese papel impuesto por una sociedad que ha convertido el hecho de ser mujer en sinónimo de perfección, causando emociones negativas en aquellas que no consiguen llegar a todo: carrera profesional, hijos, vida social, exigencia de cuidarse físicamente… Sin dejar de lado sus responsabilidades, muchas renuncian –y con razón– a ser superwomen.
Con motivo del pasado Mes de la Mujer, TherapyChat elaboró una serie de sabios consejos para que ellas trabajen la autoexigencia, el lidiar con las expectativas externas y el establecer un equilibrio saludable. Y ya entrado en abril, y en su último informe Lo que demandan los profesionales, ManpowerGroup señala que 4 de cada 10 mujeres aseguran sufrir hoy desgaste profesional; una cifra inferior a la registrada durante lo más duro de la pandemia, pero superior a la detectada antes de la crisis sanitaria.
El desgaste profesional de las mujeres
Para esta consultoría especializada en estrategia de talento, la pandemia ha intensificado el desgaste profesional de las mujeres. A principios de 2020, 3 de cada 10 mujeres europeas aseguraban sufrir estrés a diario; durante la pandemia, la cifra se incrementó de forma considerable: afecta al 41% de este colectivo. Y hoy, cuando los peores momentos de la crisis sanitaria parecen haber pasado y la mayor parte de las empresas han estandarizado medidas de flexibilidad y modelos de empleo híbridos, son un 37% de las mujeres quienes afirman padecer ese desgaste.
Para encontrar el bienestar en el empleo y sobreponerse al desgaste profesional, las mujeres europeas demandan flexibilidad (36%), más días libres para atender a su salud mental (32%), más oportunidades para desarrollar competencias clave (24%) y una propuesta de valor ligada a beneficios como seguro médico o ayudas para el cuidado de menores, mayores y dependientes.
Si comenzasen a surgir alternativas a la semana laboral de 5 días, señala ManpowerGroup, el 64% de las europeas asegura que optaría por concentrar el trabajo en cuatro días con jornadas más extensas e igual salario. Solo el 18% preferiría tener semanas laborales de cuatro días (con cuatro días de retribución), mientras que el 19% se decantaría por tener libertad absoluta para organizar sus tareas durante los siete días de la semana. Estos datos revelan que las profesionales demandan más autonomía y mayor flexibilidad para desempeñar sus tareas.
Crecer y sentirnos satisfechas
Pensar que podemos con todo, cueste lo que cueste, puede ser una herramienta muy poderosa, aseguran en ThearyChat. Ya que nos ayuda a salir de nuestra zona de confort y arrostrar múltiples desafíos en la vida; a la vez que nos infunde ánimos cuando estamos a punto de desfallecer. Sin embargo, también tiene un lado sombrío.
El exceso de positivismo y perseverancia puede llegar a ser contraproducente, llegando a afectarnos emocional y psicológicamente. Asimismo, cuando la motivación que nos impulsa viene determinada por las expectativas de otros o nos autoexigimos demasiado podemos caer en la trampa del perfeccionismo, olvidándonos de que lo más importante, en realidad, es encontrar un equilibrio que nos permita crecer y sentirnos satisfechas con nosotras mismas.
Y si la mujer vive en un continuo estado de ansiedad, se siente inquieta, expectante o nerviosa, día sí y día también; está más irritable de lo normal, le cuesta mantener la calma y esperar pacientemente la siguiente tarea, su cuerpo le está mandando señales de que no puede más. Y quizá sea hora de dar un paso atrás y reflexionar sobre por qué está reaccionando así.
Aprender a lidiar con las expectativas
A veces no podemos con todo y tampoco es necesario. Por eso, TherapyChat aporta una serie de claves para conseguir el equilibrio deseado y aprender a lidiar con las expectativas. Las ajenas y las propias:
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- Exígete menos. Sé un poco más realista y no intentes convertirte en una superwoman. No pasa nada si a veces no puedes con todo, las cosas no salen perfectas, las aplazas o te equivocas. La vida ya es demasiado difícil como para que te añadas una presión innecesaria.
- Ponte límites. Solemos pensar que podemos con todo, pero en realidad no siempre es así y cuanto antes seamos conscientes de ello, antes podremos centrarnos en las tareas que en realidad son significativas para nosotros. Ponerte límites a ti misma te ayudará a gestionar mejor tu día a día, evitando que te pases de la raya y te exijas demasiado.
- Prioriza. Cada día tiene 24 horas, y por más que quieras, no podrás alargarlo. Por tanto, debes aprender a priorizar las tareas “urgentes” de las realmente importantes, aquellas que te hacen avanzar hacia donde quieres. De esta manera, podrás deshacerte de muchas tareas basura que en realidad solo te generan agobio y estrés.
- Marca tus propios propósitos. Cuando no tienes claros tus objetivos y metas en la vida, alguien los marcará por ti. Por tanto, si no quieres terminar viviendo la vida que los demás quieren para ti y dejar que sean ellos quienes dicten tus decisiones, debes delimitar cuáles son tus propósitos y ceñirte a ellos.
- Aprende a decir “no”. Cuando te liberas finalmente de los miedos y las presiones sociales y dices “no”, no solo te alivias la carga de responsabilidades que llevas sobre la espalda, sino que adquieres la seguridad necesaria para tomar las riendas de tu vida, aceptando lo que realmente te apetece hacer y rechazando todo aquello que no te aporta nada.