Para hacer frente a los retos digitales, se demanda una nueva generación de líderes que entienda los cambios que se están produciendo en el entorno, tanto en el mercado y la industria, como en los propios consumidores y empleados. Los equipos directivos requieren por tanto un nuevo modo de pensar y una serie de habilidades que, junto a una adecuada actitud, les permita alinearse a una exitosa estrategia de negocio para la nueva organización digital.
Por si todo ello fuera poco, no solo el líder debe renovarse, sino que además su propia transformación debe inspirar a sus equipos y ser fuente de evolución para sus colaboradores.
Contar con un líder comprometido con el cambio es el primer paso para conseguir una organización digital.
Son dos los retos fundamentales a los que se enfrenta el nuevo líder digital:
• Cambios en la naturaleza del trabajo: La forma de trabajar, y lo que se espera de un líder en el nuevo escenario digital, ha cambiado. La función requiere nuevas habilidades y conocimientos para desenvolverse adecuadamente, así como tener en cuenta las nuevas reglas del juego, y tomar decisiones de manera más efectiva.
• Cambios en los equipos de trabajo: Los nuevos equipos a gestionar son integrados por diferentes talentos, disciplinas, roles, motivaciones… y todo ello en diferentes geografías. Los nuevos equipos son mixtos: personas y máquinas. Las Capacidades Cognitivas llegan para quedarse, y formar parte de los equipos de trabajo como un miembro más.
Una organización digital requiere por tanto un tipo de líder diferente que gestione esta nueva realidad, ¿Cuáles son las principales señas de identidad de este nuevo directivo?
• Gestor de la incertidumbre: Debe ser capaz de guiar a la organización en un entorno disruptivo y desconocido, transmitiendo seguridad y confianza en las actuaciones y las decisiones tomadas. Para ello podrá apoyarse en una Hoja de Ruta clara de la transformación digital de la organización.
• Mentalidad abierta: Con disposición al cambio y a la innovación, demuestra interés por identificar e impulsar nuevos retos y desafíos de negocio. Su actuación no se queda en una intención, sino que es movilizador de las nuevas oportunidades.
• Enfoque ágil: En un entorno en el que todo sucede a gran velocidad, resulta clave contar con capacidad de ofrecer respuestas ágiles, sin que la rapidez de decisión y actuación reste eficiencia.
• Gestor de gran volumen de información: La velocidad genera gran cantidad de datos, no todos ellos de valor para la organización. El líder digital debe ser capaz de entender, extraer y analizar la información de interés, apalancándose en modelos analíticos y predictivos que ofrezcan luz en un entorno muchas veces imprevisible, con el fin de asegurar la mejor toma de decisiones en cada caso.
• Gestor de equipos complejos y multidisciplinares: Contar con habilidad para dirigir equipos muy diversos, y que trabajan de forma muy diferente, es crítico para el éxito de la organización digital. Gestionar y fomentar la colaboración y el sentido de pertenecía en equipos transversales, por proyectos, con recursos compartidos, con miembros en ubicaciones remotas, con Inteligencia Artificial, extended workforce, liquid workforce… implica adaptar el estilo de liderazgo para conseguir los mejores resultados de cada una de las tipologías.
• Inspirador: Se posiciona como un referente en la organización, mostrándose colaborador y cercano. Actúa con transparencia, como un miembro más del equipo y la organización, generando compromiso. Es impulsor de la transformación digital de sus equipos a través de su ejemplo.
• Impulsor tecnológico: Comprende y está al día de las novedades y la evolución tecnológica. Esto le permite apostar en el momento más adecuado por aquellas soluciones, que pudiendo ser incipientes, pueden aportar competitividad y un valor diferencial a la organización.
• Proactivo: A partir de su comprensión del ecosistema y lógica digital, es capaz de anticipar riesgos u oportunidades en las alternativas planteadas, lo que le permite afinar la solución final, poniendo en marcha acciones para obtener resultados excelentes y conseguir los objetivos estratégicos del negocio.
• “Networker”: No por ser digital, el líder se olvida de trabajar activamente para potenciar la generación y posterior consolidación de relaciones interpersonales. La diferencia reside en su capacidad de utilizar nuevos medios y entornos como redes sociales y virtuales con este fin, para lo que debe conocer su protocolo y poder así utilizarlas fluida y adecuadamente.
Conclusión
En el nuevo ecosistema digital, el líder está destinado a dejar a un lado sus propias inseguridades y resistencias, y centrarse en las oportunidades y nuevas posibilidades que la evolución tecnológica trae consigo. Muchas de las habilidades de liderazgo actuales se mantendrán vigentes. Otras ya no serán tan determinantes o cambiarán el foco. La capacidad de adquirir nuevas formas de hacer las cosas y gestionar será la que marque la diferencia en la transformación de un líder digital.
Esta evolución requerirá mirar a nuestros líderes desde una perspectiva completamente diferente e implantar programas de desarrollo de liderazgo digital que impulsen su renovación, de modo que acompañen la propia transformación de la organización.
Y aunque no lo creamos, no es demasiado pronto para empezar a trabajar en ello.
Noelia del Brío, Senior Manager de T&O Accenture Strategy, y Rocío Peña, Consultant de T&O Accenture Strategy