Ya lo advertía el pionero del arte abstracto, Vasili Kandinski, a mediados del siglo pasado: “El color es un medio para influir directamente en el alma”. Una idea que cada vez adquiere más sentido al conocer que la impresión visual que éste nos genera se relaciona directamente con las emociones y el comportamiento, haciendo que la elección de uno por sobre otro sea crucial al momento de tomar decisiones clave, como cuál es el más adecuado para ambientar una oficina.
Los espacios diseñados estratégicamente en función del color pueden ayudar aumentar la productividad y la motivación de los empleados, además de impulsar una mejor comunicación de marca. Estudios recienten han demostrado que las oficinas grises, beige y blancas inducen sentimientos de tristeza y depresión en las mujeres, mientras que aquellas en base al púrpura y el naranja generan sentimientos sombríos en los hombres.
En este contexto resulta crucial entender qué aporta cada tonalidad para elegirla intencionadamente, según su funcionalidad y el objetivo deseado. Teniendo claras sus características y efectos, se puede crear el entorno más apropiado para cada tipo de circunstancia. En el caso de las empresas, dar con los colores adecuados puede marcar la diferencia a la hora de captar clientes. Si logras que se sientan a gusto pueden formarse una buena opinión sobre la compañía y sus productos. Incluso, sin siquiera haberlos visto o haber escuchado sobre ellos previamente.
“Vivimos rodeados de colores. Y, lo admitamos o no, cada uno posee unas propiedades características que influyen en la vida cotidiana y en el bienestar interior de las personas. Estudiar su significado es aprender a ver más allá de las apariencias. Es conocer su naturaleza energética y la influencia que ésta ejerce sobre el ser humano. Es conocer sus posibles combinaciones y las energías resultantes de las mismas”, señala Martín López, director comercial de Ofita.
La tendencia actual
A medida que surgen nuevos estudios sobre la psicología del color las tendencias de uso van evolucionando, haciendo que se vuelva necesario estudiar el tema de forma permanente. Dentro de la gama que se está implementando hoy al interior de las oficinas tanto a nivel local como internacional, se puede mencionar los pasteles y aquellos que evocan la naturaleza para brindar una mayor sensación de armonía y bienestar. Decidir la tonalidad más adecuada dependerá del tipo de compañía y el objetivo deseado, aunque siempre debe primar la idea de crear un ambiente humano, agradable y confortable.
Es importante tener en cuenta que se logran mejores resultados en cuanto a color cuando se les acompaña de un buen sistema de iluminación, utilizando lámparas que se adapten al tipo de actividad que se desarrolle en las oficinas. Según cuál sea el nivel de iluminación, el aspecto que presente cada color producirá distintas sensaciones en las personas.
Tonos pastel: Iluminan y alegran
Los colores pastel se utilizan para dar un toque moderno o brindar una mayor sensación de luminosidad. Al igual que el azul y el verde, los más suaves pueden ser útiles en entornos de trabajo estresantes, que requieran una atmósfera relajante. El resultado se optimiza al mezclarlos con plantas, logrando un ambiente acogedor y alegre.
El lila, violeta o morado pastel son recomendables de aplicar en pequeños detalles para activar la imaginación y la curiosidad. Otorgan serenidad y crean sitios tenues y confortables; a la vez que son apropiados para la tapicería y algunos elementos del mobiliario de oficina. Eso sí, se debe tener cuidado con crear demasiado contraste entre la claridad de las paredes, la oscuridad de los muebles y la propia decoración, para de esta manera no generar un ‘fatiga visual’, fenómeno que aparece cuando se exige demasiado a los ojos. Todos los elementos deben seguir una misma línea y convivir de manera armónica.
Rojos y anaranjados: Energizan el ambiente
Hasta hace poco tiempo, el rojo hubiera sido impensable al interior de los espacios de trabajo. Sin embargo, hoy se implementa en pequeñas dosis, ya sea en accesorios, mobiliarios o incluso la iluminación, con la idea de romper los esquemas y crear entornos energéticos, que mantengan en estado de alerta a los trabajadores. Lo mismo ocurre con el naranja.
Es recomendable utilizar estos colores en determinadas piezas del amueblamiento para aportar luminosidad, pero principalmente en la sillería y no como tono principal. Utilizados localmente crean áreas cálidas y vistosas, a la vez que refuerzan el carácter de las personas y potencian su fuerza energética. Sillas y butacas en esta línea rompen la estética monótona de una estancia decorada con tonos “apagados” y fríos.
El rojo-naranja, por ejemplo, es muy apropiado para las salas de reuniones puesto que, además de crear espacios íntimos, activa la capacidad comunicativa de las personas.
Tonos brillantes: Fomentan la colaboración
Los espacios compartidos se están volviendo una tendencia cada vez más al alza, ya que ofrecen a los profesionales una serie de ventajas competitivas: Fomentan la colaboración, la creatividad, el intercambio de ideas, la creación de redes y la socialización. Además de pensar en su funcionalidad y su tipo de diseño, el desafío para las empresas es encontrar las tonalidades más apropiadas para ellos. Especialmente, si se considera que se debe dar en el gusto a la mayoría de los empleados y no sólo a unos pocos.
Las tonalidades brillantes son las más aconsejables para este tipo de ambientes. Se deben alinear con los colores corporativos de la marca y combinar con tonos neutros para no recargar el lugar y caer en un despropósito. El objetivo perseguido es promover zonas colaborativas y energéticas, donde las personas brinden ideas con fluidez. En ese sentido, tonos como el rojo, el naranja e incluso el amarillo pueden resultar útiles, siempre y cuando se dosifiquen en su justa medida.
Verde: Evoca naturalidad y reduce el estrés
Con el objetivo de convertir las oficinas en espacios cada vez más agradables y confortables, la tendencia hoy es incorporar una mayor presencia de elementos de la naturaleza, con los colores verde, greenery y tierra como protagonistas. Una moda que ya tiene nombre propio: Diseño biofílico, que hoy agarra fuerza tanto en la arquitectura como en la decoración, ya que está comprobado que fomenta el bienestar y la productividad en las personas.
La iluminación natural, el mobiliario de madera, los materiales reciclados y, sobre todo, los espacios que incluyan plantas y vegetación, son algunos ejemplos de las acciones que pueden implementar las compañías que quieren dar protagonismo a la naturaleza en su entorno de trabajo, contrarrestando el estrés que generan las grandes urbes.
En cuanto al color, es indudable que el verde es el más representativo de esta tendencia, ya que evoca la naturaleza por sí solo. La principal ventaja de emplearlo es su versatilidad, ya que permite un gran número de variaciones. Aunque en su tono base puede resultar excesivo, es perfecto para ambientar los lugares de trabajo ya que potencia el rendimiento y la actividad de las personas. No se recomienda pintar todas las paredes en este tono. La idea es seleccionarlo sólo para algunos detalles o puntos determinados.
Azul: Disminuye las tensiones
Investigaciones recientes han descubierto que los azules saturados o cian son perfectos para aumentar el estado de alerta de los trabajadores, especialmente en el caso de aquellos que trabajan en turnos nocturnos. Los más tenues, asimismo, propician un efecto calmante en un ambiente de trabajo estresante. En un mundo como el actual, ambos tipos pueden resultar necesarios de incorporar en las oficinas, sea cuál sea la finalidad perseguida.
El azul crea una sensación de amplitud y de eliminación de los espacios físicos. Tranquiliza, disminuye las tensiones y produce vibraciones positivas sobre las personas que permanecen su jornada laboral rodeadas de él. Además, resulta del agrado de todo el mundo. Es ideal para introducirlo en mobiliario de oficina. Aviva de forma excepcional las paredes blancas, cremas, grises o beige y combina bien con otros tonos más fuertes como naranja o amarillo. Se recomienda en la sillería y también en distintos elementos del mobiliario: detalles en cajones, archivadores, tableros, pies de mesa, etc.