Desde Haztúa Psicología Positiva han querido reflexionar acerca de las consecuencias que el cambio puede significar en el clima emocional y en las relaciones entre las empresas y sus plantillas, si es que esas consecuencias existen.
Entre los puntos a favor de la medida se encuentran los argumentos dados por el Gobierno que han sido extensamente explicados y que son comprensibles y hasta exigibles: proteger al trabajador del exceso de horas, velar porque se cumplan los descansos establecidos por ley entre jornada y jornada, evitar que se realicen horas extras no contabilizadas, incluso aumentar los ingresos del Estado al obligar a cotizar por todas las horas realizadas y acabar con las bolsas de fraude en la cotización.
“No pretendemos ser exhaustivas en la enumeración de los beneficios que supone la entrada en vigor de este Decreto. Alcanzar todos estos objetivos es velar por los derechos de los empleados. La duda es saber si la manera en que se ha hecho es la mejor para todas las partes implicadas. Pero una de las críticas que más se ha oído en contra de este Decreto tiene que ver con la incertidumbre que se ha generado acerca de cómo llevar a la práctica el sistema de control horario”, explica Rosana Pereira, Psicóloga y fundadora de la cadena Haztúa Psicología Positiva.
El cambio forma parte de la vida. Y las empresas que quieran sobrevivir en un mercado competitivo han de saber gestionar los cambios de manera adecuada. Las dificultades se multiplican cuando, a los cambios propuestos, se une la incertidumbre. Es entonces cuando aparece la resistencia al cambio por parte de los implicados que puede llevar al agotamiento emocional. “Los cambios obligan a las personas a modificar los hábitos y rutinas de su actividad diaria. Como consecuencia, suele aumentar el interés por las normas de justicia y que las partes se pregunten si están siendo tratadas de manera justa. El estado de alerta favorece que las personas se vuelvan más susceptibles aumentando la probabilidad de que surjan conflictos. Habitualmente se asocia la incertidumbre con un aumento del estrés y con una menor satisfacción en el trabajo”, confirma Rosana.
Cómo evitar las consecuencias negativas de la incertidumbre en las organizaciones
La responsabilidad de la empresa, para evitar la incertidumbre ante el cambio, es ofrecer a sus trabajadores toda la información y pautas necesarias de modo que puedan cumplir con lo que se espera de ellos. El problema aparece cuando hay más dudas que certezas y ni los empresarios tienen las respuestas.
Ya en 2003, la consultora HayGroup definió tres características necesarias en cualquier proceso de cambio que protegen a las organizaciones del deterioro psicológico y del desgaste emocional que pueden provocar los cambios:
• El compromiso y voluntad de los directivos con el cambio para que pueda ser integrado en la cultura organizacional.
• Una definición nítida y precisa de cambios que se quieren realizar.
• La necesidad de prestar atención al factor humano, no sólo al técnico, derivado de los cambios.