Por José Luis Casero, presidente de Arhoe (Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles).
Contestaré a la pregunta de forma rápida y luego les cuento. No deberíamos cambiar la hora por tres motivos básicos: porque no sirve para nada a efectos de ahorro energético; porque cambiar de hora tiene un impacto negativo sobre la salud, mayor del que se pensaba; y porque así el Gobierno se puede dedicar a cuestiones más importantes para la ciudadanía. Por cierto, los dos primeros no son cosa mía, sino la propia Unión Europea.
En Arhoe ya hemos pedido al Gobierno de España que se suprima el cambio horario de una vez por todas. Y en sintonía con lo que se pedía desde Europa hace cuatro años, nos quedemos con la hora actual (UTC+1). El Gobierno lo tendría fácil, acordar no hacer un cambio innecesario y dejar a nuestro país en la franja europea que le corresponde.
Y es que técnicamente estamos en el UTC 0. Y sí, Greenwich pasa por España, pero por cosas del franquismo, y por una orden del 7 de marzo de 1940, se adelantó una hora para estar sincronizados con Berlín, en lugar de Londres, que nunca se volvió a recuperar.
Un supuesto Comité de Expertos
Confieso que forme parte –e incluso alenté– del Comité de Expertos creado por el Gobierno en septiembre del año 2018; pero desde el primer momento en que salió la portavoz del Gobierno en aquel momento, Isabel Celá, a “contar” aquel informe, también me manifesté sobre si realmente yo había estado en las reuniones previas o había sido algún tipo de ente extraño, ajeno a mi. No entendí nada en aquel momento. Además, hasta hace poco, dicho informe no era público. Y aunque tras varias insistencias logre tenerlo en mi poder, también es cierto que se me “pidió” confidencialidad. Y como uno es de palabra, la da.
Es cierto que no hubo unanimidad en los expertos. Pero ¿quién la busca?, ¿era condición sine qua non esa unanimidad para esto? Porque, lo que sí dice el informe es que “existe una argumentación mayor favorable a mantener un horario UTC+1, el mal llamado horario de invierno, que el UTC+2, el mal llamado horario de verano”.
Dicho esto, si la gran mayoría de expertos consideraba que lo mas apropiado para el conjunto de la sociedad, y en aras a unos horarios saludables, es el horario UTC+1. Y ese debería ser el criterio, más aún cuando la propia Unión Europea reconoce que el ahorro energético del cambio es marginal y que el impacto sobre la salud de las personas es mayor que el que se pensaba.
Vuelta a los orígenes
Y es que lo primero debería ser volver al origen, y entender esto de las horas de luz y las horas de oscuridad. No, no podemos cambiar la hora y regularlas a nuestro gusto particular; lo siento. Pero las horas de luz son las que son en función de la época del año y nuestra posición geográfica en nuestro planeta. Y no, no somos Ecuador, que tiene 12 horas de luz y 12 horas de oscuridad. Porque no estamos en su situación geográfica. Ni nunca seremos, a efectos de luz, Suecia o Finlandia.
Una curiosidad que les dejo como reflexión: la distancia entre Doha, capital de Qatar, y Madrid es de 5.333,29 kilómetros lineales. Y la diferencia horaria es de -2 (en España). Es decir, en Doha son las 11h de la mañana y en Madrid las 9h.
La distancia entre New-York y Madrid es 5.768,21 km (lineal) y la diferencia horaria es de +6 horas ( para España). Es decir, en NYC son las 11 de la mañana y en Madrid las 5 de la tarde (+ 6 para España). Raro que, con tan poca diferencia en distancia, haya una diferencia tan dispar… ( y eso que nosotros estamos en el meridiano 0, Greenwich, pero esa es otra cuestión).
Dejarlo en manos de quienes saben
Sabiendo quienes somos y donde estamos, sigamos pensando de forma racional. Lo primero es evitar demonizar las horas de oscuridad –son las que la mayoría empleamos para descansar– y santificar las horas de luz solar asociadas al ocio, olvidando que también son las mejores para producir, educarse, formarse y ser competitivos. Cuidado con asociar siempre luz con buen tiempo. En otoño, primavera, invierno… sería lo adecuado que lloviera, y que en algunas zonas nevara; o en definitiva, que tuviésemos la temperatura –y también la luz– que toque según cada época. No podemos vivir literalmente sin obviar que el factor temperatura y el impacto que esta teniendo la acción humana; tendrá sus consecuencias sino hacemos algo.
El debate sobre el cambio de hora y su supresión es multifactorial, y no estrictamente físico, ni científico. Ya que la parte social, educativa, económica y de salud son elementos fundamentales para adoptar decisiones al respecto. Y son los médicos, fisiólogos, especialistas en el sueño, cronobiólogos y educadores los que tienen la palabra en estos ámbitos y lo que están diciendo está claro: no al cambio horario, y dejemos el horario UTC+1.
Les hemos animado durante algunas etapas recientes. Ahora, escuchemos sus criterios, que en definitiva son los que Arhoe siempre va a suscribir: el bienestar de las personas, su salud y su descanso. Con esos elementos es mucho mas fácil ser saludable y afrontar con optimismo todas las facetas de nuestra vida; insisto, con la luz que toque según la época del año.
Un uso racional del horario
Hace dos años se ha publicado un consenso internacional, en el que han participado científicos de todo el mundo, especialistas en salud y el sueño. En él se habla precisamente del efecto del cambio de hora dos veces al año, y por qué se considera que ese cambio debe eliminarse desde el punto de vista de la salud y del sueño/descanso.
En la misma línea está una investigación científica de 2020, publicada en el International Journal of Enviromental Research and Public Health, en la que se observa un aumento del 3% en la mortalidad tras el cambio de hora de marzo, tomando datos de las estadísticas de mortalidad diaria de la ciudad de Viena entre 1970 y 2018.
Hay que introducir el tema de fondo, y medidas que favorezcan la conciliación y la corresponsabilidad. Tener más horas de luz no significa que las estemos disfrutando.
Y para terminar, el tercer punto que les comente: que el Gobierno se centre en lo que importa, que son precisamente las medidas concretas de conciliación y corresponsabilidad; el fondo de la cuestión que todos y todas reclamamos ya. Estados Unidos ya ha acordado la supresión del cambio de hora, y el Parlamento Europeo la acordó por amplia mayoría el 26 marzo de 2019. Entendimos que este tema en pandemia no tocaba, pero también avisamos que no puede dejarse de tomar decisiones al amparo del “ahora no toca” o “vuelva usted mañana”. El huso horario equivocado actual no debería ser un problema si fuéramos coherentes en nuestro horario y uso del tiempo.
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