Para fomentar la sostenibilidad futura de las organizaciones se han de accionar una serie de palancas clave: 1. Las personas y el talento; 2. La innovación y la tecnología; y 3. El ecosistema y las alianzas. En este último bloque se ha detenido el Club de Excelencia en Gestión, quien ha realizado un estudio pormenorizado de este bloque que está íntimamente ligado a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Este trabajo que han llevado a cabo en colaboración con INNSAI, recoge los cinco elementos esenciales para promover la unión entre entidades con el objetivo de impulsar su sostenibilidad de cara al futuro.
Las 5 claves para fomentar las alianzas según la “gestión 5.0”:
Pensamiento estratégico: Constituye la capacidad de pensar a largo plazo y considerar múltiples escenarios futuros, analizando situaciones, riesgos, identificando problemas y oportunidades y desarrollando estrategias para abordarlos de manera efectiva. Hay que tener presente el ecosistema de la organización y la relación con todos los grupos de interés.
Trabajo en red: Se trata de la colaboración entre individuos, organizaciones o empresas con intereses y objetivos comunes. Aporta nuevas oportunidades, sobre todo para los que entran dentro de este círculo colaborativo. En este entorno, la autogestión puede ser especialmente útil, porque permite a los diferentes miembros de la red tener un mayor grado de autonomía y responsabilidad a la hora de conseguir objetivos comunes de una forma ágil.
Gestión de la experiencia global: Se refiere a la capacidad que tiene una organización de entender y satisfacer las necesidades y expectativas de sus grupos de interés clave: clientes, empleados, proveedores, partners, accionistas, reguladores, etc. Generar una buena experiencia global a estos grupos de interés resulta esencial para lograr el éxito a largo plazo, ya que así mejora la satisfacción, la vinculación y el compromiso, y la reputación y la imagen. Al mismo tiempo que fomenta un entorno de trabajo saludable y responsable.
Gestión del impacto de la organización: Hablamos del efecto positivo o negativo que una organización tiene en su entorno y en los diferentes grupos de interés que interactúan con ella o que están presentes en su ecosistema. Cada vez hay un mayor interés en evaluar el impacto de una organización y, para ello, es necesario considerar los efectos directos e indirectos de su actividad, sus productos, servicios y soluciones.
Sostenibilidad a largo plazo: Es la capacidad de la organización para integrar la sostenibilidad en sus estrategias, para que forme parte de la gestión global y permita a la organización mantener buenos resultados a lo largo del tiempo con un consumo eficiente de recursos teniendo en cuenta los criterios ESG: ambientales, sociales y económicos.
“Las organizaciones deben tener muy en cuenta que no están solas y que tienen que aprender a aprovechar las alianzas para crear más valor sostenible, al mismo tiempo que se gestionan los impactos de estas acciones en el entorno, buscando mejorar la calidad de vida de usuarios y/o clientes y de la sociedad en general” asegura Ignacio Babé, director general y CEO del Club Excelencia en Gestión.