Los vasos comunicantes de la desconexión digital
Para ser eficaces, los protocolos de desconexión digital se han de vincular con otras políticas internas como el plan de igualdad, el código de conducta, el registro de jornada o el teletrabajo. Ello les dotará tanto de trazabilidad interna como de la necesaria coherencia para que se integre en la cultura de liderazgo y en la cultura de trabajo. Así lo ha explicado Silvia Palacios, socia directora del Departamento Laboral de Selier Abogados (Grupo Atisa), en el Webinar ORH “La desconexión digital como herramienta para conseguir el bienestar laboral”.
Analizar los términos en los que viene plasmada en el convenio colectivo si así fuera el caso y realizar un diagnóstico de situación de la organización son, junto con el compromiso explícito y por escrito de la dirección general, los pasos previos a diseñar un protocolo de desconexión digital. En él, y a ser posible con la participación de la representación legal de los trabajadores, se ha de consignar una política explícita con medidas concretas, la implementación de un canal de denuncias, el programa de comunicación y sensibilización a desplegar para toda la plantilla (obligado por ley) y las acciones de formación necesarias para integrar como aliados a los mandos intermedios.
No obstante, que la desconexión digital consiga sus objetivos de respeto a los horarios laborales es cuestión de ir más allá de la formulación de unas normas de actuación que regulen las comunicaciones internas fuera del horario laboral. Los protocolos que la plasman han de integrarse en los vasos comunicantes que son todas las políticas de gestión de recursos humanos y, en concreto, con las siguientes:
- El código de conducta:
- valor de la salud,
- valor de la conciliación,
- valor de la intimidad.
- El plan de igualdad:
- área de conciliación,
- área de salud laboral.
- El registro de jornada:
- como instrumento para controlar el cumplimiento de las medidas de desconexión digital.
- Las políticas y los acuerdos de teletrabajo:
- Para acotar el riesgo de incumplimiento del derecho a la desconexión digital.
Todo ello ha de estar contemplado tanto en la definición del protocolo como en el seguimiento de su cumplimiento.
- Encuestas a la plantilla para identificar la situación y casuística real.
- Entrevistas a los managers para confrontar con la información de los empleados.
- Identificación de necesidades comunicativas en la organización por departamentos en materia de desconexión digital.
- Identificación de los puestos con mayores dificultades para desconectar.
- Identificación de los managers que pueden ser aliados de la desconexión digital.
- Posibles situaciones de excepcionalidad.
- Definición del ámbito subjetivo, incluyendo al personal directivo.
- Determinación del alcance de la desconexión digital.
- Regulación de los supuestos en los que excepcionalmente se puede “romper” el derecho a la desconexión digital.
- Aclaración de las medidas disciplinarias en caso de incumplimiento.
- Inclusión de medidas medidas ad hoc:
- política de apagado de luces,
- los correos diferidos,
- las alertas en pantalla,
- los disclamer,
- la planificación y limitación de los tiempos de reuniones,
- la guía sobre el uso adecuado de las herramientas digitales y
- el análisis de riesgos psicosociales.