
No hay comprensión, ni diálogo, ni comunicación si primero no hay escucha, y si nos atenemos a los datos, o la sordera es un mal muy extendido o la mayoría de nosotros no hemos sido bendecidos con esta competencia: el 80% de las escuchas son superficiales, es decir, el receptor focaliza la atención en sí mismo y «su» el mensaje, no en el emisor. Alcanzar un buen nivel de escucha nos permite ofrecer la intimidad y confianza necesarias para interactuar con otras personas. Por ello, la reconocida coach y formadora, Arrate Bahamonde, ha compartido con las asistentes al Foro Anual de Secretarias de Dirección de Page Personnel las claves básicas para conseguir una escucha efectiva:
1. Establecer contacto visual con el emisor. Observando podemos captar detalles, como gestos o expresiones faciales, que nos permiten completar la información transmitida verbalmente. Además, mantener el contacto visual ayuda a evadirse de distracciones externas.
2. Mantener una postura corporal adecuada. Para fomentar la empatía con el interlocutor en una conversación, debemos mostrar una expresión facial relajada y una postura corporal abierta. Asimismo, es necesario mantener una distancia corporal adecuada, es decir, aquella con la que sintamos respetar el espacio del interlocutor.
3. Control de los tiempos de intervención. Resulta imprescindible saber mantener los silencios cuando se conversa con otra persona. Se deben evitar las interrupciones innecesarias, que pueden reflejar poco interés ante al tema tratado y complican la escucha activa. “Si escucháramos atentamente el silencio, nos daríamos cuenta de su valor durante la conversación mantenida”, indica Bahamonde.
4. Reformulación de la información recibida. Comprobar que se está entendiendo la información a través de preguntas aclaratorias o reafirmaciones ayuda a hacer saber al emisor si comprendemos lo que comenta, así como contrastar la información recogida.